En medio de la emergencia sanitaria creada por el Covid-19, se dio a conocer que durante el 2020 y 2021 la transformación digital que se pronosticaba para los próximos 5-10 años se aceleró en gran medida en este periodo. Precisamente, una de las herramientas digitales que ganó protagonismo en el segmento corporativo es la nube, que bien usada es clave para aumentar la productividad, mejorar el rendimiento y alojar información valiosa.

Según Juan Olier, Socio líder de Transformación Digital para Latinoamérica Norte de la consultora EY (antes conocida como Ernst & Young), en los años previos a la pandemia el presupuesto de las empresas para asuntos relacionados con la nube era de 10 por ciento, muy por debajo del promedio actual, que ronda el 25 por ciento. De hecho, para 2025 se espera que represente entre un 50 y 60 por ciento de la inversión de las compañías.

Pero, ¿qué es la nube? Olier explica que aunque se cree que esta es una herramienta de uso exclusivo para las áreas de tecnología, lo cierto es que tiene un enfoque más amplio. “La nube es un cambio de mentalidad en cuanto al uso de la tecnología, en vez de comprar activos de software, plataformas e infraestructura, se “consume” la tecnología que el negocio requiere para operar, crecer e innovar”, dice. Además, estos servicios son puestos a disposición y adaptados por proveedores, por lo que reduce las complejidades internas de las operaciones de las áreas de tecnología.

Uno de estos proveedores es EY, una organización que ayuda a las empresas a cambiar el chip y a desprenderse de los mitos y miedos que tienen sobre el uso de la nube.

Juan Olier, Socio líder de Transformación Digital para Latinoamérica Norte de la consultora EY | Foto: Cortesía

“Esta herramienta democratiza el acceso de los servicios tecnológicos, es un acelerador de la transformación digital y es la oportunidad perfecta para que las empresas sean más competitivas sin tener que realizar grandes inversiones, sin importar su tamaño. Los clientes pagan por lo que consumen, y eso lo hace un modelo financiero bastante viable. Si consumen poco, es de acuerdo con sus necesidades, y si consumen más, es porque su negocio está creciendo. Va al ritmo del crecimiento de la empresa”, menciona.

Según EY, estos son los tres grandes beneficios que reciben las empresas al adoptar la nube:

Optimización de costos

Las áreas de tecnología y de transformación digital de las empresas dejan de comprar e invertir en activos y en su mantenimiento. Además, al optimizar costos los equipos de infraestructura también se vuelven más productivos porque logran automatizar tareas.

Reducción de riesgos

Antes se creía que utilizar la nube era inseguro por los ciberataques, no obstante, las empresas proveedoras han invertido millones de dólares para fortalecer sus servicios y su respuesta ante cualquier situación que comprometa las operaciones de las compañías.

Innovación

La nube ofrece servicios de cómputo, pero, también, integra herramientas innovadoras de inteligencia artificial, realidad virtual, servicios biométricos de reconocimiento facial o de voz, computación quántica e impresión 3D y 4D, entre otros. Estas capacidades para innovar y optimizar en un entorno cada vez más digital permiten compañías más competitivas.

Ahora bien, obtener estos beneficios no ocurre de forma automática sólo al adquirir servicios en la nube. Esto requiere tener capacidades al interior de las empresas para planear cómo aprovechar la nube, cómo adoptarla en los dominios de negocio que más generen impacto, y cómo gestionarla y gobernarla de forma costo-eficiente y segura.

Es por esto que EY hace un acompañamiento que se apoya en tres pilares: i) definir la mejor estrategia y arquitectura que permita que las empresas aprovechen la nube con alto impacto en el negocio, pues si se utiliza de una forma no apropiada puede ser más costosa; ii) apoyar todo el proceso de migración, modernización y transformación de su entorno legado hacia el modelo nube, y, iii) diseñar, implementar y optimizar el modelo de operación y gobierno en la nube.

Las empresas que quieran iniciar con acciones concretas y de retorno rápido, recomendamos que escojan un área foco (ej.: un producto de negocio, un proceso end-to-end, un journey de cliente) y se realice una evaluación con la que se clasifican las aplicaciones existentes en esa área foco en seis categorías (6R), que finalmente son los tipos de acciones que se pueden tomar para llevar a cabo una migración y operación en la nube exitosa: Retirar, Retener, Reemplazar, Rehost, Replatform y Rebuild. Con base en esto, ejecutar una primera ola de migración a la nube y obtener resultados que generen credibilidad y momento para escalar.

Por otro lado, las empresas que ya iniciaron su camino y necesitan acelerar su adopción de la nube, deben evolucionar su uso más allá de la infraestructura como servicio, y enfocarlo en casos de uso de optimización e innovación de negocio.

¿A qué empresas beneficia la migración a la nube?

Aunque el primer sector en migrar fue el financiero, “la nube le aplica a todas las compañías y a todos los sectores económicos”, dice Olier. Agrega que “este es un llamado para que se cambie la forma de pensar y trabajar respecto al uso y adopción de la tecnología en las empresas, sin importar el tamaño”.

De hecho, menciona que las pequeñas y medianas empresas (pymes) deben ver a la nube como una gran oportunidad para eliminar barreras de entrada y ser más competitivas (ej: adoptando e-commerce, CRMs,, ERPs, entre otros). Las grandes empresas, como una gran oportunidad para reducir la alta complejidad y costos de su entorno legado de tecnología y para innovar aprovechando grandes volúmenes de datos y las nuevas capacidades digitales de la nube.

*Contenido elaborado con apoyo de EY