Durante años, el Caribe colombiano afrontó múltiples dificultades para tener un servicio de energía confiable. En octubre de 2020, la compañía Afinia (filial del Grupo EPM) asumió el reto de mejorar la infraestructura eléctrica en la región y garantizar un suministro de calidad para los departamentos de Bolívar, Cesar, Córdoba, Sucre y 11 municipios del Magdalena. Desde que la compañía asumió la operación ha invertido 1.195 mil millones de pesos, “superando el rezago y respaldando el desarrollo de la región con un servicio más seguro, confiable y de calidad”, precisó Javier Lastra Fuscaldo, gerente de Afinia. Para 2025 existe una ambiciosa meta de inversión cercana a los 4 billones de pesos.
De acuerdo con Lastra, el volumen de inversiones realizadas en un poco más de dos años supera lo que el anterior operador de energía destinó a lo largo de una década. Los esfuerzos que ha hecho la organización para mejorar el servicio ya se reflejan en obras como la construcción de cuatro subestaciones eléctricas en Córdoba, Bolívar y Cesar. Las inversiones también se han traducido en progreso para la región y en el crecimiento de la operación de la compañía. El indicador Saidi (que mide la duración promedio de las interrupciones anuales percibidas por los usuarios) estaba en 2019 en niveles de 121,7 horas, y a finales del 2022 cerró en 73,9 horas. “Esto representa una reducción de 48 horas en interrupciones promedio anuales por cliente, superando la meta regulatoria del Gobierno fijada en 103 horas”, explicó Lastra.
Con el propósito de superar ampliamente las metas regulatorias establecidas para 2026, Afinia continuará en 2023 su plan de transformación con nuevas inversiones. Entre estas se destacan proyectos clave como la ampliación y construcción de las subestaciones de Mompox, Sahagún, Sampués, Tamalameque, Gambote, Talaigua Nuevo y Candelaria. Otra de las tareas consiste en concluir la sustitución de estructuras de líneas de alta tensión que interconectan a Bolívar, Cesar, Córdoba y Sucre.
Pero los retos que tiene Afinia no paran solo en mejorar la infraestructura para la prestación del servicio. La reducción de tarifas es otra tarea clave. Para lograrlo, Afinia le propuso al Gobierno distribuir el incremento tarifario del Caribe entre los usuarios de energía de todo el país. Esto significaría una caída de 127 pesos por kilovatio hora en la costa, y un incremento de 37 pesos kilovatio hora, en otras zonas del país. También están sobre la mesa iniciativas como establecer un consumo mínimo vital para quienes demuestren su imposibilidad de pago e implementar un aumento del consumo de subsistencia de 173 a 240 kilovatios al mes para municipios por debajo de los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Esto iría unido a un subsidio decreciente para promover la eficiencia energética.
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