En medio del verde que rodea el Colegio La Colina, en La Calera, hay un espacio donde la naturaleza y la educación emocional se entrelazan. Esta institución ha hecho de la salud emocional de sus estudiantes una prioridad, construyendo un ambiente que permite el aprendizaje y cultiva la felicidad, la resiliencia y la conciencia emocional. Así lo explicó su rectora, Juanita Arias, quien afirma que allí “el contacto con la naturaleza fomenta en los estudiantes el sentido de pertenencia y seguridad”.
El ‘Paraíso de las Emociones’ es una estrategia para que los estudiantes, desde preescolar, exploren y gestionen sus emociones en un entorno seguro, con mesas de diálogo y actividades guiadas por psicólogos. Elementos como el “monstruo de colores” y la mascota Oreo, un oso panda que simboliza apoyo emocional, refuerzan esta experiencia, que incluye acompañamiento en momentos de “desborde emocional”.
Esta filosofía se extiende a toda la institución, promoviendo el bienestar y el desarrollo de los estudiantes como “gestores activos de soluciones”, fomentando, además, relaciones sanas y empáticas. Para Arias, los jóvenes se convierten en “conductores de sus propias emociones, lo cual los hace líderes de sus propios procesos”.
La filosofía se estructura en tres dimensiones: personal, social y académica. En la personal, se fomenta el autoconocimiento y la gestión emocional para que los estudiantes alcancen un equilibrio interno que fortalezca la convivencia basada en el respeto y la comprensión. “Cuando un individuo está en equilibrio consigo mismo, se conoce, se quiere como es, reconoce qué fortalezas tiene, pero también cómo puede mejorar”, afirmó Arias.
En lo social, se impulsa la gestión emocional, la empatía y el respeto mutuo, creando un ambiente en el que los estudiantes reconocen y valoran al otro como parte de su desarrollo emocional. Y en lo académico, incorpora una pedagogía activa en la que las emociones son fundamentales para el aprendizaje significativo. En actividades como debates, exploración de la naturaleza y proyectos de arte, la emoción no es “solo un residuo de la actividad, sino que constituye una parte central del aprendizaje significativo”.
En el proceso también participan los docentes, que se capacitan para adquirir conocimientos y habilidades. Además, se estableció una cultura organizacional que ve a los trabajadores como seres humanos, comprendiendo que la salud mental es algo imprescindible en el campo educativo.
Educación centrada en el ser
El Colegio La Colina enseña a los estudiantes a aprender sobre y con sus emociones. También facilita la expresión emocional de los estudiantes mediante proyectos creativos como la revista filosófica Phronesis, donde pueden explorar temas como el amor y la ciencia. Según Emily Ceballos, líder de la revista, esta publicación se ha convertido en un espacio de catarsis que fomenta la empatía y la reflexión a través de poemas, ilustraciones y textos, enriqueciendo a toda la comunidad escolar. El gran valor agregado del Colegio La Colina es la permanente invitación a dialogar sobre salud emocional a través de campañas con estudiantes y staff.
*Contenido elaborado con apoyo del Colegio La Colina