Los estudiantes de Cosmo Schools, la red de colegios de Comfama, aprenden en un entorno colaborativo, basado en proyectos, investigación y exploración. Sus días son tan divertidos que la mayoría quisiera poder ir a clases también los sábados. Este proyecto educativo nació en 2020 con 19 alumnos. Dos años después ya son 1.400 los niños, niñas y adolescentes matriculados y para 2023 proyectan una comunidad de 3.600 estudiantes.
Durante todo noviembre estarán abiertas las inscripciones para quienes estén interesados en que sus hijos sean protagonistas de esta nueva apuesta educativa, resultado de cinco años de investigación sobre modelos pedagógicos innovadores en diferentes países del mundo.
Stefanía Rodríguez Campo, líder de Aprendizaje y Comunicaciones de Cosmo, explicó que la metodología acompaña a los alumnos en la búsqueda de su propósito y potencial a través de experiencias de aprendizaje inspiradoras. “Privilegiamos el aprendizaje basado en proyectos, el trabajo colaborativo y la socialización. Tenemos una conexión con el mundo digital y el pensamiento computacional, desarrollamos la creatividad a través del cuerpo y el arte, cultivamos la curiosidad y el gozo por el aprendizaje”.
Cosmo Schools es una red de colegios que ofrece educación en diez sedes barriales en todo el Vallé de Aburrá y el municipio de Rionegro, Antioquia. Las sedes se conciben como espacios naturales, tranquilos y con huertas. “Somos una red de colegios expandidos, nuestras sedes son pequeñas y están conectadas a las dinámicas de los barrios, se insertan en la lógica del territorio, pero hacen parte de la ciudad”, explicó.
Los estudiantes se forman en una atmósfera que propicia la exploración del mundo y sus culturas. “Nuestros estudiantes son preguntones, expresan curiosidad, son inquietos, muestran asombro”. El modelo de Cosmo Schools hace, además, énfasis en inglés e incluye, por supuesto, los contenidos académicos establecidos por el Ministerio de Educación. “El Ministerio tiene unas competencias definidas y unos derechos básicos de aprendizaje, unas regulaciones sobre las horas que dedicamos a las asignaturas, y el colegio cumple con todo, solo que ha definido unas rutas para brindar de otras maneras el contenido académico”, precisó Rodríguez Campo.
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