Los fuertes efectos que actualmente ejerce el coronavirus Covid-19 en Latinoamérica, pero no solo en materia de salud, sino también económica, política y social, fueron parte de un exhaustivo análisis hecho en el webinar transmitido por You Tube, el pasado 13 de marzo, por la escuela líder de negocios en América Latina, más conocida como Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae), que ofrece programas de maestría en administración de empresas y de educación ejecutiva de alto nivel en Latinoamérica, con el fin de garantizar la formación integral de profesionales líderes que transformen la región y el mundo entero. Más información acá. De esta manera, a través de la experticia y experiencia del economista Alberto Trejos, Ph.D de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) y Decano del Incae, la institución hizo una exposición virtual sobre este virus que actualmente tiene impactado al mundo, la cual motivó a que más de cinco mil personas la siguieran. Trejos comenzó la charla haciendo un panorama general sobre las implicaciones que el Covid-19 tiene en la salud de las personas. Por tanto dejó claro que el coronavirus es menos mortal que otras epidemias que existen en el mundo, aunque se trasmite con bastante facilidad y los primeros síntomas que ofrece son muy parecidos a las de otras enfermedades que no son tan preocupantes; lo que hace que mucha gente no le preste la atención que requiere, en su fase temprana. A esto se suma que el virus se incuba en el lapso de 5.1 días y las dolencias duran máximo dos semanas –en casos ligeros- y hasta tres y seis semanas en términos severos y críticos. “El 80% de las personas se enferma sin alcanzar mayores complicaciones o sin resultados letales. Vale la pena decir que de los más de 153 mil casos que se han presentado en el mundo, solo 5.800 han terminado en muerte”, enfatiza el decano del Incae. De igual forma hay que dejar claro que 81 mil de los 153 mil casos registrados a nivel mundial, se han presentado en China, aunque con mayor énfasis en la provincia de Hubei, que suma 68 mil casos. A esto se adicionan más de 24 mil en Italia, unos 14 mil en Irán, alrededor de 16 mil en Europa, en general, y 3.700 en Estados Unidos. Mientras en América Latina, en donde hay 626 millones de habitantes, el Covid-19 se ha presentado en 15 países de la región. La reacción inmediata frente al problema es lo que permite atacarlo o manejarlo de forma moderada. “Y es que se necesita un cambio de comportamiento desde adentro hacia afuera para tener excelentes resultados; y desde ese punto de vista, se ha podido ver que las medidas restrictivas a la población tienen mayor eficacia en naciones que no son democráticas”, argumenta Alberto Trejos. El aislamiento juega un papel determinante en estos momentos, como también en la transparencia de los países, en la responsabilidad de saber cuántos casos tienen, en hacer el seguimiento de los mismos y en emprender los máximos controles. “En Italia y Estados Unidos hubo una reacción tardía al problema, y es por eso que comenzó a sumar varios enfermos, por día”. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de mortalidad del coronavirus oscila entre un 2% y 4%, y el porcentaje depende de varios factores como edad, sexo y condición física. Por ejemplo, existe un riesgo mayor en personas hipertensas o con diabetes, cáncer, sida y problemas respiratorios, entre otras enfermedades; como también en las mayores de 60 años o con bajas defensas. Así mismo, según estudios realizados, se comprueba que el Covid-19 afecta más a hombres que mujeres, con el 4,7% y el 2,8%, respectivamente. ¿Qué pasa con la economía? De otro lado, el Incae deja claro que el coronavirus tiene en ‘jaque’ a la economía mundial. Según el decano, Alberto Trejos, el crecimiento de muchos países -en este campo- comenzará a sentir sus fuertes golpes a mitad de este año. “Entramos en una volatilidad económica y financiera o fase recesiva en el que el crecimiento económico se reduce, porque la demanda baja. También hay un problema de logística complicado que hace que la carga no se mueva con facilidad. De otro lado, hay problemas porque los suplidores de insumos claves están en un mismo país, como por ejemplo China, que están afectados con la enfermedad. Esto significa que ahora muchas empresas tienen dificultades de producción, porque no les llega la materia prima”, agrega el Decano. Pero también no hay que desconocer que la región latinoamericana está enlazada con China, cuyas relaciones económicas se han afianzado en las últimas décadas, particularmente a través del comercio, la inversión extranjera directa y los préstamos. Para el subsecretario general adjunto de la ONU y Director Regional de América Latina y el Caribe, Luis Felipe López-Calva, “Los principales socios comerciales en la región de la nación asiática son: Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela, cuyas exportaciones suman el 75% y se concentran en cobre, soya, petróleo crudo y mineral de hierro. “Vale la pena reafirmar que China representa el 28,1% del total de las exportaciones brasileñas, el 10,5% de las argentinas y el 32,4% de las chilenas. Por otro lado, la inversión directa y los préstamos del gigante asiático han aumentado en América Latina en la última década; de hecho, entre 2005 y 2017 la inversión de China representó el 5%, más de 90 mil millones de dólares”, adiciona López-Cava. Con todo esto, la OCDE subraya que el impacto del virus podría reducir a la mitad el crecimiento de la economía mundial este 2020 y situarlo en el 1,5%. Por tanto, baja la previsión de crecimiento global del 2,9% al 2,4%. “Algunos sectores productivos se verán más afectados, especialmente las empresas que emplean mucha gente, que deben mucha plata y que tienen muchas acciones en la bolsa. Así mismo, se verán muchas presiones fiscales, pero también bajará el precio de las materias primas, que es algo que podrían aprovechar los industriales de la región”, puntualiza Trejos. Impacto sectorial Para el Incae, la nueva economía que propone el virus –a nivel mundial- se concentra en las acciones hechas de manera virtual o a través de los computadores, teniendo como hilo principal el Internet, lo que le dará un gran empuje al teletrabajo o el trabajo desde casa, para evitar contagios. Sin embargo, hay sectores que se verán muy afectados, como lo son el turismo, el entretenimiento y la educación, los cuales deben reinventarse o de crear plataformas o nuevas opciones para atraer al público. Aunque los más beneficiados son las actividades enfocadas a las telecomunicaciones, el contenido electrónico y la automatización, que pueden ser claves para desarrollar nuevas formas de emprendimiento. “Para garantizar la producción laboral es necesario hacer cambios profundos, especialmente en la administración del trabajo. Para tal efecto hay que preguntarnos: ¿Se necesita tanta sincronía, presencia física o viaje? (Hay que delegar); ¿Se necesita tanto material? (hay que aplicar nuevas tecnologías y buscar suplidores) y ¿llegó la hora de hacer ciertos cambios tecnológicos? Sí, hay que pensar en vehículos autónomos, automatización, 3Dp y mucha data”, sostiene el profesor Trejos. Contacto social Quizás los cambios más significantes que propone el Covid-19 es la manera de relacionarnos. “Ya no podemos seguir siendo tan afectuosos, y dejar los abrazos, los besos y las cogidas de manos, para evitar contagios. De hecho, ya en varias partes del mundo la gente usa el codo para saludar”. Pero también necesitamos modificar ciertos comportamientos a nivel social que se hacen urgentes. De igual forma, en el tema de sociedad hay que afinar los sistemas de salud y poner atención a cómo se va a ofrecer el servicio a la gente mayor. Aquí se necesita la acción conjunta. “Los gobiernos necesitan proteger a la gente, crear planes o programas que permitan alejar a la gente de la enfermedad, que traten a las personas enfermas de manera excepcional, o que no ponga en riesgo a los demás, y de crear nuevas opciones para fortalecer el trabajo, la producción y la educación. El nuevo panorama que propone el coronavirus merece una reacción agresiva a un plazo no muy lejano”, culmina Alberto Trejos, decano del Incae.