Una década después del surgimiento de los MOOC (Massive Open Online Courses), varias universidades colombianas le han apostado a internacionalizar su oferta académica, en el entorno digital, a través de estos cursos flexibles, cortos y de acceso abierto y gratuito.

Aunque no todas se han insertado en este modelo educativo –según el Observatorio de la Universidad Colombiana, menos del 10 por ciento de las instituciones ha desplegado esta modalidad–, sí se destaca el crecimiento de su portafolio virtual en plataformas como Coursera, Edx, Future Learn y MiríadaX.

Al consultar classcentral –herramienta de búsqueda y evaluación de cursos online que agrupa el listado de los MOOC que ofrecen cerca de 1.000 universidades en el mundo– se encuentra que las universidades del país con mayor número de cursos son Los Andes, con 87 MOOC; la Javeriana, con 82; el Rosario, con 63, y el Externado, con 11. En el mundo, las instituciones con más MOOC son el Indian Institute of Technology Kharagpur (456 cursos) y el Instituto Tecnológico de Massachussets (390 cursos).

La Universidad del Rosario, por ejemplo, aloja su oferta en la plataforma Edx, con más de 356.000 estudiantes inscritos. Su curso en línea ‘Inglés para todos: nivel básico’ es uno de los tres más populares, a nivel mundial, en Edx, según classcentral: ya cuenta con más de 50.000 inscritos, en 118 países, la mayor parte de Colombia, México y Perú.

Según Cielo Mancera, directora de educación digital de la U. del Rosario, los MOOC han posicionado digitalmente a la universidad por medio de contenidos de alta calidad. También le han permitido desarrollar programas de certificación profesional –en llave con algunas empresas y soportados en las necesidades de empleabilidad–, con una duración de 72 horas (se componen de tres MOOC), así como micromáster, una modalidad que permite virtualizar parte de los contenidos de un programa de maestría, homologables si el estudiante aspira a un título de posgrado.

La Universidad Javeriana, por su parte, incursionó, desde 2015, en los MOOC. El propósito: reducir la brecha digital en el país, innovar en la enseñanza para adultos, internacionalizar el castellano y posicionar a la institución en el mundo. Así lo explica Lina Torres Rincón, coordinadora de virtualización, quien afirma que, a la fecha, han tenido más de 950.000 participantes en sus cursos (el 55 por ciento extranjeros), en temáticas como salud y vida; desarrollo social y sostenible; paz y reconciliación; creatividad e innovación, y empleo y emprendimiento.

“Además de ofrecer cursos individuales y series de MOOC, contamos con programas de certificación profesional para generar competencias laborales y, próximamente, micromaster, que reúne cuatro MOOC con créditos homologables en un posgrado”, afirma.

A raíz de la pandemia, dice, se disparó en un 71 por ciento la demanda de MOOC. Una encuesta global realizada por la Asociación Internacional de Universidades acerca del impacto del covid-19 en la educación superior –respondida por 424 instituciones de educación superior de 109 países– arroja que el 60 por ciento de las IES reportó un incremento significativo de la movilidad estudiantil virtual, como efecto de la pandemia, gracias a una mayor oferta de cursos cortos, videoconferencias y plataformas de comunicación.

“Durante la pandemia, los MOOC de Uniandes y todos los que están en la plataforma Coursera tuvieron un crecimiento importante en el número de inscritos”, señala Luz Adriana Osorio, directora del Laboratorio de Investigación y Desarrollo sobre Informática y Educación, de la Universidad de los Andes. “Nuestros profesores hicieron un esfuerzo grande por generar contenidos”, acota. Solo entre 2020 y 2021, la institución lanzó 34 cursos nuevos.

En coursera, Uniandes ofrece 80 MOOC (nueve son programas especializados), con más de 1.150.000 inscritos. Ciencia computacional, ciencia de datos y negocios son las temáticas con mayor oferta.

Ya lo dijo el informe ‘Educación superior y covid-19 en América Latina y el Caribe - financiamiento para los estudiantes’, del BID, la “inversión y y la experiencia ganadas durante la educación virtual de emergencia” abrieron posibilidades “acordes con las nuevas tendencias y necesidades del sector productivo y de la sociedad”. Una transformación, sin duda, que implica enormes retos en materia pedagógica, disciplinar y digital.

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