La realidad de muchos jóvenes colombianos está alejada de las oportunidades y la accesibilidad; zonas geográficamente apartadas y sin acceso a internet, son el pan de cada día de aquellos que viven en una lucha constante por cumplir el sueño de ser profesionales y cambiar su futuro y el de sus familias.

Sin importar su condición socioeconómica, jóvenes como Ana Aideth Nisperuza y Domingo Alfonso López, dos estudiantes de la Corporación Universitaria Iberoamericana, que viven en zonas apartadas del país, se enfrentan a muchos obstáculos para poder continuar con sus estudios profesionales.

En estos casos, la educación virtual se convierte en un gran aliado pese a que deben enfrentarse a limitaciones de navegación, arriesgando sus vidas en los desplazamientos que deben realizar a los municipios más cercanos para tener acceso a internet.

Ana Aideth, es estudiante de Psicología de octavo semestre de la Ibero, vive en el corregimiento Cruz del Guayabo, localidad de San Andrés de Sotavento, Córdoba, es una zona veredal indígena, que queda a media hora en moto del Pueblo de Zenú, allí recibe sus acompañamientos virtuales y tiene acceso a internet con limitaciones de navegación.

Ana, se considera relativamente afortunada porque algunos de sus compañeros no cuentan con la misma suerte, pues viven en zonas más apartadas como Villa Rosita, Palmas Verdes, El Cerro, entre otros. Estos últimos tienen que atravesar vías en pésimo estado, quitarse los zapatos para pasar zonas con barro y pueden tardar hasta 6 horas en recorrer estos caminos. Ana, en múltiples ocasiones traslada a los estudiantes hasta las zonas que la carretera lo permite y les da ánimo constante, puesto que ella se encuentra a punto de terminar su pregrado y aunque ha sido difícil no desea que sus compañeros desistan.

Por otra parte, el caso de Domingo Alfonso López, docente de primaria, vive en la  Zona sur de Valencia, Córdoba, es estudiante de la Maestría en Educación de la Ibero. Domingo, menciona que trabaja en una zona de difícil acceso, donde las vías son intransitables, las inclemencias del clima los afecta mucho y en ocasiones han quedado atrapados en la mitad de la vía.

Educación virtual ofrecida por la Corporación Universitaria Ibero | Foto: Ibero

Domingo vive en el pueblo, pero su lugar de trabajo está en San Rafael del Pirú, cuando las lluvias no cesan opta por quedarse en la vereda para no arriesgarse en sus desplazamientos. El docente debe cargar sus actividades académicas y en esta zona no cuenta con internet para hacerlo, aún así hace todo lo posible para llegar a su casa y lograr subir sus trabajos.

“En el contexto pedagógico a veces nos quedamos cortos, el estado nos abandonó, no contamos con los recursos suficientes para una pedagogía activa y como docentes tenemos que subsanar estos espacios y limitaciones que el gobierno deja. Nos toca hacer de todo, somos psicólogos, médicos, enfermeros, mototaxistas”, indica Domingo.

Los desafíos que a diario viven las personas en estas zonas tan olvidadas, donde la conectividad es casi nula, son impresionantes. Eso solo demuestra las ganas que tienen de estudiar y de salir adelante. La educación superior virtual, que brindan universidades como la Ibero, permite que más 18.900 estudiantes se formen  de manera virtual.

La educación de calidad transforma vidas, por eso la Ibero, sigue trabajando para brindar mayor acceso a personas como Ana y Domingo, buscando siempre más oportunidades innovadoras para todos porque la educación no tiene barreras.