—La verdad, soy un poco escéptica. Encontrar el colegio que me ayude a educar una personalidad fuerte, estructurada, resiliente, para mi niño, es difícil.
—Una amiga me ha hablado del Gimnasio Alessandro Volta. No lo conocía, sino por nombre, nada más.
—¿Qué es?
—Mira, su hija estudia en primero de primaria en el Volta. La acompañó al campus que tienen en el Llano, en el Meta, donde van todos los niños para hacer investigaciones de campo, los más pequeños acompañados de los papás. Al despertarse al día siguiente le dijo: Mamá, yo amo la ciencia, quiero ser científica.
—¿Una niña de seis años?
—Sí —y me explica—: en el Volta no estudian ciencia, hacen ciencia; descubren, crean, construyen; es un modo distinto de enseñar, de educar y de aprender.
—No es posible, son niños; ¿cómo pueden?
—Es toda una experiencia, yo misma no lo creía posible.
—Niños de tercero de primaria trabajando juntos; han llegado ellos solos —el profesor guía, no manda— a descubrir los ejes cartesianos, a trazar un ángulo recto geométricamente. Yo misma entiendo poco —me decía—.
—Y se ven los frutos: este año, un muchacho que termina en junio —el Volta es calendario B— ha presentado las pruebas de admisión en una universidad de las más prestigiosas de Colombia; obtuvo el mayor puntaje y, por su alto nivel de inglés, lo han eximido de ver esta materia durante toda la carrera. Me puse a investigar y no lo vas a creer, están aquí en Usaquén, en plena ciudad, en el verde de los cerros. Pese a las incertidumbres de este momento, van a ampliar espacios de laboratorios, de biblioteca futurista con visión humanista y científica a largo plazo; es un colegio de educación europea, con doble titulación, italiana y colombiana.
—¿De dónde vienen? ¿Quiénes son?
—Son católicos, pero no confesionales. Tienen más de 70 años de historia —20 en Colombia—, con colegios y otros centros educativos en los cinco continentes. Educan jóvenes que saben construir futuro.
—Mmm, ¡qué bien! ¡Me parece que de ellos sí podemos fiarnos!
*Contenido elaborado con apoyo del Gimnasio Alessandro Volta