Con el objetivo de dar a conocer la importancia de las enfermedades cardiovasculares (ECV) y su impacto en la salud del planeta, la Organización Mundial del Corazón (World Heart Federation WHF), con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas conmemoran este 29 de septiembre el Día Mundial del Corazón.

La razón más apremiante es que estas patologías hoy generan 18,6 millones de muertes en el mundo al año, especialmente en los países de menores ingresos. A la vez que afectan a 520 millones de personas, que tienen mayores riesgos de desarrollar complicaciones graves como consecuencia del contagio con covid-19.

“El 80 por ciento de los fallecimientos por este tipo de patologías son prevenibles o controlables, teniendo en cuenta que su aparición está relacionada con el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo, la contaminación del aire y el estrés, entre otros factores”, sostiene Etna Liliana Valenzuela, gerente médico de Sanofi.

Ante esto, desde el año 2000 se celebra esta fecha y se organizan eventos, en más de 100 países, con la idea de generar consciencia en las personas sobre la importancia de cuidarse y de poder reducir -en un 25 por ciento- la mortalidad prematura por estas afectaciones, al 2025.

Pero así mismo se busca que la gente conozca los efectos de las ECV, que van desde el infarto agudo al miocardio y accidente cerebrovascular, hasta hipertensión arterial y otras condiciones que afectan al miocardio y las arterias, que son catalogadas como las más mortíferas del mundo, para así evitarlas o saberlas manejar apropiadamente a través de tratamiento médico.

El caso en Colombia

En el país, los reportes no son para nada alentadores, si se tiene en cuenta que las enfermedades cardiovasculares se posicionan como la principal causa de muerte de la población. De hecho, solo en 2019 fallecieron 55.000 personas por esta causa, es decir, unas 150 personas diarias. “De la gran cifra, 38.475 correspondieron a patologías isquémicas cardíacas y 15.543 a daños cerebrovasculares”, según el Dane.

“Para poder hacer un diagnóstico temprano de estas afectaciones, es importante identificar algunos de los síntomas más relevantes o señales, como: la pérdida del conocimiento, sudoración fría, debilidad o fatiga, adormecimiento u hormigueo en los brazos, dificultad para respirar, mareos, náuseas y dolor en el pecho, maxilar inferior, hombro, espalda y estómago. De esta manera, será posible recibir un tratamiento oportuno y evitar complicaciones”, agrega Valenzuela.

Por tanto, teniendo en cuenta que todo el organismo depende del corazón, es necesario seguir las siguientes recomendaciones que ofrece la gerente Médico de Sanofi, para mantenerlo con buena salud: “llevar una dieta balanceada (se deben incluir alimentos ricos en vitaminas y minerales, como frutas y vegetales; al igual que proteínas, grasas y carbohidratos, en porciones moderadas). Evitar el sedentarismo (es necesario hacer ejercicio físico por lo menos 30 minutos diarios), eliminar el consumo de tabaco (después de cinco años de haber dejado el vicio, se reduce un 39 por ciento el riesgo de enfermedad coronaria) y combatir el estrés”.

¿Qué son las ECV?

Se trata de un conjunto de patologías que afectan tanto el corazón como los vasos sanguíneos. Entre ellas está la hipertensión arterial, que es el aumento de la presión en la sangre; las arritmias, que es cuando se altera la velocidad del ritmo cardíaco y la insuficiencia cardíaca, que es cuando el miocardio no es capaz de bombear la cantidad de sangre necesaria al resto del cuerpo.