La investigación ‘Liderazgo 360′, publicada en 2019 por el Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA), indicó que para el 80,2 por ciento de los gerentes de grandes empresas en el país que participaron del estudio la formación en liderazgo es un pilar fundamental de la estrategia corporativa y que el 52,5 por ciento ha visto aumentar la inversión en programas de desarrollo de liderazgo al interior de sus compañías.

“Las organizaciones le están dando valor porque ahí está la clave de su cultura organizacional. Creo que en el 2020 los empresarios entendieron la importancia del liderazgo en tiempos de crisis: dejó de ser algo retórico y se volvió realidad”, explica Santiago Orozco, coordinador del Centro de liderazgo de esa universidad.

Agrega que la gestión del cambio, entendida como la capacidad de que las compañías entiendan y ejerzan su responsabilidad como actores fundamentales de la sociedad, se ha convertido en uno de los grandes retos que tienen los CEOs de las empresas. Alrededor del tema se han desarrollado diferentes enfoques empresariales, uno de ellos es el del capitalismo consciente.

Thomas Eckschmidt, reconocido consultor sobre ese enfoque en América Latina, le contó a SEMANA que el concepto surgió cuando uno de los primeros estudiosos de esta materia, Raj Sisodia, descubrió que en Estados Unidos había empresas que no dedicaban gran parte de su presupuesto a hacer publicidad y promoción, pero, aún así, gozaban de una gran reputación.

“Cuando empezó a investigar, se dio cuenta de que eran organizaciones que tenían muy claro su propósito. Al mismo tiempo, trabajaban con su ecosistema completo y todos los stakeholders eran tenidos en cuenta. Esas compañías tenían, además, una cultura propia y sus líderes mostraban una manera diferente de manejar su negocio: no buscaban la máxima utilidad financiera, pero sí se aseguraban de tener un buen manejo de todos sus grupos de interés; es decir, tenían una percepción de valor más allá de lo financiero”.

Junto a Sisodia, Eckschmidt publicó el libro Fundamentos del capitalismo consciente, en 2018, una guía práctica para integrar los elementos de este enfoque a las compañías. El autor destaca cuatro:

  1. La identificación del propósito y la razón de ser de la organización, que debe estar en constante actualización.
  1. La conciencia de la interdependencia entre los grupos de interés, porque “de la misma manera que ocurre en la naturaleza, los negocios también están interconectados, no existe ninguno aislado”, agrega.
  1. El comportamiento colectivo y cómo un grupo de colaboradores se une en favor de algo que les interesa a todos.
  1. La importancia del liderazgo de cuidado: “Simon Sinek, autor de Los líderes comen al final, dice que cuando el líder cuida de los empleados, estos vuelven a cuidar de los clientes, de los proveedores, de sus familias y de sus comunidades. El líder es una persona que cuida, que da ejemplo y vive el propósito de la organización”.

Los líderes no nacen, se hacen

Amarilo es una de las empresas que trabaja con Origen para formar líderes con las habilidades necesarias para el siglo XXI. | Foto: Getty

Las habilidades de liderazgo se pueden entrenar, fortalecer y actualizar a lo largo de la vida a través de procesos de formación como los que ofrece la Fundación Origen, organización dedicada al acompañamiento de líderes capaces de transformar su entorno.

Carolina Quiñones, una de las consultoras de esta red, asegura que “hoy se da mucha importancia al conocimiento; en Origen consideramos que hay competencias, mal llamadas blandas, que necesitamos desarrollar y entrenar, como la comunicación asertiva, la capacidad de desarrollar a otros, la toma de conciencia de la manera en que abordamos los conflictos y negociamos, y el entendimiento sobre la importancia de la diversidad en cualquier mesa de trabajo”.

Dentro de su portafolio tienen diferentes tipos de programas de capacitación. Uno de estos se centra en el acompañamiento a las empresas a través de diferentes fases: primero, trabajan en el fortalecimiento de la autoconciencia y autoconocimiento de los líderes; luego, se enfocan en su liderazgo frente al equipo de trabajo y en sus habilidades para acompañar el desarrollo de las competencias de los otros para que, juntos, lleguen a un determinado resultado. Y finalmente, se concentran en el líder y su entorno: “Para Origen es muy importante que los líderes tengan una visión mucho más amplia de cómo pueden aportar a su país, a su entorno y al mundo”, agrega Quiñones.

Entre las organizaciones que se han sumado a estos programas se encuentra la constructora Amarilo, que lleva más de 11 años trabajando de la mano de la fundación. “El liderazgo para la compañía siempre ha sido importante y enfocamos nuestros esfuerzos para incentivarlo desde todos los procesos de talento”, afirma María Paulina Rivadeneira, gerente de Talento de Amarilo. Comenta que el modelo de liderazgo de la compañía ya existía, pero decidieron aplicarlo a la cultura de la organización en 2020, después de una capacitación en alianza con la Fundación Origen.

El estilo de liderazgo de la constructora es cercano, de puertas abiertas –afirma Alison Ausique, directora de Desarrollo de Talento– y, a la vez, exige resultados y genera compromiso y productividad. Justamente, Quiñones explica que los procesos de fortalecimiento de liderazgo impactan y favorecen el cumplimiento de logros: “En la medida en que la gente se conoce mejor, reconoce sus emociones, sabe qué lo frustra o qué lo motiva y entra en ese círculo virtuoso de logro-reconocimiento-orgullo-resultado, sigue hacia adelante”.

Este proceso de liderazgo que adelanta la compañía también está alineado con su propósito superior de contribuir al desarrollo integral de la sociedad. Así lo explica la gerente de Talento: “El alcance que queremos darle al modelo de liderazgo va más allá del ámbito corporativo y busca que las personas generen una influencia positiva en su entorno directo, y que ello aporte a una sociedad más honesta, cooperativa, servicial y productiva”.

Bajo ese compromiso, la constructora estableció una alianza con Origen para crear 100 becas de formación en liderazgo. “Con el fin de continuar aportando a la construcción de tejido social y a la consolidación de un país más equitativo, la compañía amplió, en 2021, el número de becas asignadas a líderes a nivel social, político y comunitario”, relata Rivadeneira. Esta acción multiplica el impacto positivo de la organización en la sociedad y amplía las oportunidades de las personas, para que ellas mismas puedan guiar el camino hacia la transformación de sus comunidades.

Teniendo en cuenta que la transformación cultural implica un trabajo constante de revisión y ajustes, Amarilo continuará adaptando su modelo de liderazgo a su visión de futuro, garantizando su sostenibilidad y su impacto positivo en sus empleados, sus clientes y su entorno.

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