Entre 2010 y 2019, las importaciones de carne de cerdo incrementaron su participación en el país, y llegaron a un preocupante 20 por ciento del mercado total de este producto en 2019. Como consecuencia de una gestión directa de la agremiación de porcicultores, esta tendencia se revirtió en 2020.
Prueba de ello es que el año pasado las importaciones se ubicaron en alrededor de 73.000 toneladas, unas 41.000 toneladas menos que en 2019. “En efecto, en los últimos diez años y como consecuencia de la entrada en vigor de varios TLC, las importaciones de productos y subproductos de cerdo tuvieron un crecimiento exponencial, pasando de 22.550 toneladas en 2010 a 114.620 toneladas en 2019”, afirmó el presidente ejecutivo de la Asociación Porkcolombia-FNP, Jeffrey Fajardo López.
Para los porcicultores del país, el aumento de la participación nacional es una excelente noticia, pues tanto las industrias como los hogares colombianos le están dando mayor preferencia a la proteína local.
Sin embargo, este cambio no se dio de un momento a otro. Para lograr 87 por ciento de la participación de mercado fue necesaria la implementación de una estrategia de sustitución de importaciones, que arrojaba resultados positivos incluso antes de la pandemia; los factores externos aportaron al resultado, como la subida del precio del dólar y restricciones en el comercio exterior.
Este plan se aplicó desde finales de 2019 al percatarse de que el producto importado ganaba participación año tras año. “Con ese diagnóstico, diseñamos una estrategia basada en la solución de asimetrías de la información, esto es, identificar y entender quiénes eran los importadores y por qué estaban privilegiando la compra de carne de cerdo extranjera; y, a partir de esta identificación, acercar a porcicultores colombianos, interesados en convertirse en los proveedores directos del producto, sustituyendo al producto importado a través de acuerdos de largo plazo. En últimas, estamos preparando porcicultores de todos los tamaños para convertirlos en proveedores de grandes superficies”, explicó Fajardo López.
Los resultados comenzaron a verse de inmediato. En 2020, las importaciones de carne de cerdo cayeron 36 por ciento. Incluso, en enero y febrero, antes de que llegara la covid-19 al país, hubo una reducción en las toneladas importadas de 27 y 25 por ciento, respectivamente.
En adición a esta estrategia, en 2020 las reconocidas y premiadas campañas para promover el consumo de la carne de cerdo enfatizaron la importancia de que esta proteína sea producida en Colombia, pues, de acuerdo con el vocero de la agremiación, “Tenemos que comprometernos más con lo nuestro, con nuestras familias, con nuestros empleos colombianos y con nuestros empresarios del campo colombiano”.
El sector en cifras
Son más de 140.000 empleos los que genera la porcicultura en el país, y se desarrolla principalmente en Antioquia (43,4 por ciento de la producción), Cundinamarca (17 por ciento), Valle del Cauca (15,3 por ciento), Meta (7,9 por ciento) y Risaralda (6,1 por ciento).
En cuanto a qué tanta carne de cerdo comen los colombianos, es preciso destacar que en los últimos años el consumo per cápita ha crecido progresivamente. Mientras que en 2010 era de 4,8 kilogramos por habitante, en 2020 la cifra fue de 10,8 kilogramos.
Por el lado de las exportaciones, la cifra también ha aumentado, aunque de forma variable. Para 2019 se exportaron 24.059 kilos de carne de cerdo y en 2020 se alcanzaron 111.290 kilogramos.