Todos los cambios de gobierno generan expectativas e incertidumbre, y la llegada de Gustavo Petro a la presidencia no fue la excepción. Empresarios e inversionistas, sin embargo, tienen su atención en el proyecto de reforma tributaria que presentó el ministro de Hacienda José Antonio Ocampo ante el Congreso. Y es que el anuncio de nuevas políticas fiscales, que aún no están muy claras, impacta el entorno para hacer negocios. La firma de abogados Baker McKenzie Colombia hizo un análisis al respecto.
Jaime Trujillo y Andrés Crump, socios del área de Fusiones y Adquisiciones de la firma, advierten que “es notorio el esfuerzo de gremios y líderes empresariales por mantener la mente abierta y no anticiparse a cambios que algunos temen, pero que podrían no materializarse”. Es difícil predecir hasta qué punto la reforma afectará la llegada de nueva inversión. “En nuestra experiencia, lo que preocupa además de la alta carga tributaria, es la incertidumbre sobre las reglas de juego. Creemos que eso generará desplazamientos de proyectos de inversión para cuando se tenga mayor claridad y, si se materializan algunos de los cambios propuestos, el sector empresarial verá una desaceleración”, concluyeron.
Hasta ahora el interés de los inversionistas se mantiene. De hecho, desde finales del Gobierno pasado vienen entrando al país más jugadores estratégicos que financieros, y, apoyados con los primeros anuncios del presidente Petro, los sectores de energía sostenible, salud, consumo masivo de bienes y servicios, y tecnología se ratifican como de alto interés, destacan Trujillo y Crump. Al contrario, pierden las actividades extractivas tradicionales.
Para Juan David Velasco, socio del área tributaria de Baker MacKenzie, “se le exigiría mayor tributación al sector petrolero, minero y en general al sector extractivo. La negación de la deducibilidad del pago de regalías y el impuesto a las exportaciones de crudo y carbón afectarán”. Añade que a las instituciones financieras, dejándolas en una tarifa del 38 por ciento, “se les pide contribuir más que al resto de las industrias”. Otros sectores afectados serían el hotelero, el de viviendas VIS y VIP y el agrícola.
Con respecto a las tasas, aseguró Velasco, el aumento de la tarifa del impuesto a los dividendos al 20 por ciento para extranjeros generaría que la tasa nominal de tributación combinada sociedad-accionista llegue al 48 por ciento, y la efectiva al 67 por ciento. “Eso pondría al país como uno de los de mayor tributación, superando a Estados Unidos y a competidores regionales como Perú y Chile”.
Así mismo, el aumento de la tarifa de ganancias ocasionales para extranjeros del 10 al 15 por ciento, según anunció el ministro, mantendría en una posición competitiva a Colombia. Cambiarla, como lo propone el proyecto antes de ponencia de primer debate, a una tarifa del 30 por ciento, pondría al país en desventaja frente a otros países. Además, se les cambiaría las reglas de juego a los inversionistas que quieren vender.
*Contenido elaborado con el apoyo de Baker McKenzie Colombia.