El sector del acero nacional está pasando por un difícil momento, debido a la práctica anticompetitiva que ha llegado al país de la mano de productores de China, Rusia, Turquía y Perú, que ha puesto en jaque a un sector que genera cerca de 48.000 empleos en todo el país.
“El contexto es muy complejo por la competencia desleal que viene desde hace unos 12 meses y que está amenazando la sostenibilidad de la industria”, resaltó Daniel Rey, director ejecutivo del Comité Colombiano de Productores de Acero de la ANDI, quien agregó que esto no solo es un tema de Colombia. Países como Brasil, Estados Unidos, Canadá, Chile y México han tenido que generar medidas de defensa comercial, permitidas por la Organización Mundial del Comercio, para proteger a sus productores locales.
Este mismo camino lo está tomando Colombia, indicó el directivo, quien resaltó que luego de un proceso adelantado por cinco empresas del sector nacional ante el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, se logró demostrar que se estaba presentando un fenómeno de competencia desleal, por lo que se solicitó la imposición de medidas de defensa comercial.
El Comité Triple A, que estudió la solicitud, recomendó imponer aranceles a través de salvaguardias a las barras corrugadas y al alambrón de bajo carbono. Estos decretos “ya están redactados y solo les hace falta la sanción presidencial”, indicó Rey; sin embargo, manifestó que es muy importante que ambos decretos se firmen lo más pronto posible para evitar generar mayores impactos negativos en la industria y poder “equilibrar la cancha”.
El directivo citó el caso chileno, que tomó medidas de protección de manera tardía y esto ocasionó el cierre de una de las mayores compañías de acero del país, donde se perdieron unos 22.000 empleos.
“Nosotros no estamos pidiendo el cierre de importaciones, solo queremos que nos dejen competir en condiciones iguales. Durante décadas hemos competido con productores de muchos países y siempre hemos entregado un producto de altos estándares de calidad para diferentes industrias del país”, señaló Rey.
Riesgo para el empleo y los encadenamientos
Dentro de los sectores en los que más se emplea el acero nacional se encuentra la construcción de viviendas, oficinas, edificios, carreteras, puentes, túneles y en muchas actividades manufactureras; así como en otros encadenamientos que podrían verse afectados por esta situación de competencia desleal.
Según la Cámara de Acero de la ANDI, estos países envían acero a precios que están por debajo de los costos de producción, con la intención de ganar mercado, a pesar de las pérdidas, e ir dificultando la operación de las empresas locales hasta que terminan saliendo del mercado, para luego quedarse con los compradores.
“Esto pone en riesgo cadenas de proveeduría, empleos directos, pensiones de ex empleados de las siderúrgicas, el trabajo de más de 15.000 recicladores del país, a quienes se compra la chatarra, además de entorpecer la estrategia de reindustrialización que tiene Colombia”, señaló Rey.
Esta industria pagó en impuestos más de 620.000 millones de pesos en 2023, recicló más de 1,3 millones de toneladas de chatarra y produjo acero con una huella de carbono inferior en una tercera parte de lo que genera China. Un esfuerzo ejemplar en un momento en el que el país está trabajando por generar acciones que cuiden el medioambiente y sean más responsables con el cambio climático.
*Contenido elaborado con el apoyo del Comité Colombiano de Productores de Acero de la Andi.