Que Colombia sea uno de los países más biodiversos del mundo, que tenga una amplia oferta hotelera, conectividad aérea y destinos consolidados es garantía de que los viajeros encontrarán en el país una experiencia completa. No obstante, aunque hasta hace muy poco esos factores eran determinantes a la hora de ser elegido para vacacionar, lo cierto es que cada día la competencia es más grande, y el mercado está exigiendo ir más allá.
Para Maribel Rodríguez, vicepresidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, (WTTC por sus siglas en inglés), el turismo tiene que evolucionar, y eso contempla desde una perspectiva de oferta más sostenible e inclusiva, hasta alianzas con otros competidores de la región para vender un gran destino.
Según las cifras del WTTC, en 2021 el turismo en Colombia representó el 2,8 por ciento de la economía, una cifra que todavía está muy por debajo de la lograda en 2019, antes de la pandemia, cuando se ubicó en 5,1 por ciento. Sin embargo, si se compara con el dato del año pasado (1,7 por ciento), es evidente el avance.
Y aunque la organización espera que el próximo año muchos destinos a nivel mundial logren las cifras prepandemia, entre ellos probablemente Colombia, lo cierto es que las metas a futuro solo se alcanzarán si se ponen en práctica estrategias que ya se aplican en otros países de forma exitosa.
SEMANA: Colombia, que es un país con una biodiversidad enorme, ¿qué debe hacer para mantenerse como un destino competitivo?
Maribel Rodríguez: Lo primero que debe hacer es mantener la esencia de país y destacar a nivel internacional los motivos por los cuales vale la pena viajar a Colombia. ¿Por qué? Porque yo quiero ver lo que hacen en Colombia, conocer su artesanía, entender su música, disfrutar su comida. Pero para ello, todos deben trabajar bajo una misma hoja de ruta en el marco de una colaboración público privada que permita hacer planes estratégicos con los que se pueda vender un producto.
SEMANA: Desde el WTTC hablan de alianzas regionales. ¿En qué consiste esa iniciativa?
M.R.: Por ejemplo, de nada sirve si en Colombia hay varias regiones y cada una se promociona de forma independiente. Debemos trabajar de otra forma, y mantener una unidad para no confundir al consumidor. Hoy en día, aquel que esté cooperando va a tener cómo surgir, porque en la actualidad no compites con tu vecino, sino con una isla en el Pacífico, con un país de Asia, porque el viajero va a internet, busca, encuentra y viaja. Por eso, hay que pensar en un modelo multiproducto.
A lo mejor, como española yo voy a Colombia, pero luego me voy a Ecuador, porque si ya viajé hasta acá, si ya “crucé el charco”, quiero hacer entre dos o tres viajes para disfrutar verdaderamente del destino que es Suramérica.
Yo creo que la época de trabajar solos ya pasó, ahora, el reto es trabajar en conjunto, fusionar y colaborar.
SEMANA: ¿Cuál es el conflicto que existe hoy entre el turismo y la sostenibilidad?
M.R.: Mucha gente cree que el turismo va en detrimento de las políticas sostenibles. Pero lo que yo veo es una falta de entendimiento y una falta de narrativa para explicar lo importante que es el turismo para una comunidad, para un destino. Si eso quedara claro, sería más sencillo todo, porque el ciudadano podría visualizar lo que aporta a su economía, al desarrollo y al bienestar social.
Con la pandemia nos dimos cuenta que sin turistas sufrimos, porque muchos negocios pequeños cerraron y no tuvieron cómo resurgir, cómo salir adelante. Allí entendimos lo importante que es el turismo para la comunidad.
Por supuesto, los diferentes segmentos como la aviación y los hoteles se impactan de forma diferente y cada uno tiene una hoja de ruta distinta para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenibles, y para eso hemos creado como organización unas herramientas que le indican a cada segmento cómo conseguir esos objetivos.
Por el momento, el sector privado está haciendo grandes esfuerzos para asegurarse de que están mermando la huella de carbono, reduciendo, por ejemplo, el uso de plástico. Se están haciendo tareas significativas, y más si se tiene en cuenta que el 80 por ciento de las empresas turísticas son pequeñas y medianas.
SEMANA: ¿Qué tan decisiva es la sostenibilidad para los viajeros actuales?
M.R.: Hemos visto que los turistas son mucho más responsables a la hora de elegir, porque buscan un lugar donde se sientan bien y que esté alineado con sus principios. Por eso, hoy en día la elección no está ligada tanto al precio, sino al aporte que hace el destino o el hotel a su comunidad o entorno.
Por eso, el que hoy no sea competitivo en ese aspecto debe empezar a hacer los cambios necesarios para afrontar la sostenibilidad, de lo contrario, va a estar en desventaja en los próximos años.
SEMANA: ¿Cómo explicar su aporte a la economía, a los destinos y a las personas como una industria inclusiva?
M.R.: En este sector cualquier persona que quiera trabajar con nosotros lo puede hacer. Desde los cargos más sencillos hasta llegar a la dirección de un hotel o una cadena. Es un sector que da muchísima equidad, tanto de género como de oportunidades para que puedas moverte por todo el mundo. Podría decirse que es uno de los más inclusivos que existen.