La salud cardiovascular de los colombianos está en cuidados intensivos. La idea no es generar pánico, pero no puedo dejar de mencionar el incremento notable en la prevalencia de los diferentes factores de riesgo cardiovascular en Colombia.
En nuestro país observamos un mayor número de personas con presión arterial elevada, y entre quienes sufren de hipertensión no más del 30 por ciento están controlados. Otro enemigo oculto y en muchas ocasiones menospreciado es la dislipidemia o presencia de colesterol persistentemente elevado, que muchas veces inicia desde edades tempranas, generando así la obstrucción progresiva de arterias con el posterior desenlace de infartos.
Nuestro país tiene un mayor número de personas diabéticas y en estado de prediabetes e igualmente hay un preocupante incremento en la prevalencia del sobrepeso y la obesidad, prácticamente dos de cada tres colombianos están con peso incrementado, según datos de varios estudios poblacionales recientes, entre ellos un registro mundial denominado INTERASPIRE.
A estos factores de riesgo en aumento hay que agregarles otros como el sedentarismo y el tabaquismo, que explican los más de 60.000 decesos de causa cardiovascular al año en Colombia. Lo más interesante es que si lográramos un control estricto de todos los factores de riesgo mencionados, podríamos lograr la reducción de un 80 por ciento de las enfermedades cardiovasculares.
Desde el punto de vista cardiovascular, en los últimos años el país se ha enfocado en la prevención secundaria y en el manejo de las enfermedades de alto costo, lo que ha venido desarrollando relativamente bien la llegada de nuevas tecnologías, la apertura oportuna de medicaciones efectivas que han demostrado reducción de eventos basado en la evidencia médica científica y un recurso humano en cardiología altamente capacitado. Pero esto no es suficiente, en prevención primaria estamos en deuda y ello requiere de un alto compromiso de todo el ecosistema en salud.
Como presidente de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular puedo decir que hemos asumido todos estos retos. Hemos venido desarrollando múltiples actividades de educación médica continuada en diferentes ámbitos de prevención primaria y de manera descentralizada en territorios alejados del país.
Un compromiso global
Los grandes retos no solo son para el país, a nivel mundial se estiman 20 millones de muertes anualmente atribuidas a las enfermedades cardiovasculares. En foros y eventos mundiales recientes en los que hemos participado con la World Heart Federation, se plantea que hacia 2030 debe haber una visión mundial encaminada a una salud cardiovascular con equidad, apoyados en tecnología e innovación y la implementación oportuna del conocimiento.
Desde hace años se celebra en septiembre el mes mundial del corazón, una excelente oportunidad para encaminar todos los esfuerzos posibles por reducir la carga de la enfermedad y con ello la reducción de la morbimortalidad cardiovascular. Es por esto que, desde nuestra organización, en conjunto con la Fundación Colombiana del Corazón, hemos promovido el lema ‘Usa tu corazón para cuidar tu corazón’, con el que buscamos una mayor concientización de la población y la promoción de los estilos de vida saludable que incluyen la buena alimentación, el ejercicio rutinario y el dormir adecuadamente.
Este año le hemos sumado otro elemento y es el relacionado con la muerte súbita, un evento que sucede con alguna regularidad. Tiene que ver con la pérdida súbita del conocimiento y la posterior muerte de manera inesperada en personas aparentemente sanas. No hay un dato preciso de cuántos episodios de muerte súbita suceden anualmente en Colombia, pero es clave comentar que solo generan atención cuando suceden en personajes famosos.
Adicionalmente, durante los próximos meses estaremos trabajando con la población colombiana por la generación de espacios cardioprotegidos y que cuenten con la presencia de un Desfibrilador Externo Automático (DEA), algo obligatorio especialmente en zonas de gran afluencia de público. Esto sumado a la posibilidad de que cada colombiano de manera autónoma sepa reaccionar ante un evento de esta naturaleza y mejore la cadena de supervivencia.
* Presidente de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.