Por la Amazonía corre el río más grande y caudaloso del mundo, es hogar de más de 5.500 especies de animales vertebrados y de alrededor de 16.000 especies de árboles que son los encargados de absorber y almacenar en sus troncos, ramas y raíces, millones de toneladas de carbono, además de generar los ríos voladores, sistemas de nubes y humedad que transportan el agua desde la selva hasta regiones apartadas que se abastecen de este líquido vital. Con ello contribuye, además, a regular el clima mundial. Pero también es el hogar de más de 370 grupos indígenas y de cientos de otras comunidades locales, quienes han ayudado a proteger este bosque, imprescindible para la humanidad.

Cerca del 40 por ciento del territorio nacional es Amazonía, un amplio tapete verde lleno de vida. Y entre esa espesa selva, se encuentra La Pedrera, un área no municipalizada ubicada al norte del departamento del Amazonas, a orillas del Bajo Río Caquetá, que limita con Vaupés y con la frontera brasilera, la cual es un escenario importante para la protección de dicha riqueza natural.

“Nosotros los indígenas somos los mejores conservacionistas, porque en otros lugares no existe monte, no existe nada, mientras nosotros sí tenemos toda nuestra materia prima, el agua, todas las cosas que se tienen que necesitamos para subsistir y seguir viviendo”. Las palabras de Lucy Muca, habitante de la comunidad Yucuna y lideresa de mujeres del Resguardo Indígena Comeyafú de La Pedrera, cobran mucho valor, pues, así como abunda la riqueza natural en la región del Bajo Río Caquetá, otras zonas de la Amazonía enfrentan amenazas como la deforestación, minería ilegal e incendios forestales, entre otras, que han causado profundas heridas a la selva.

Un panorama que, aunque parece lejano, no deja de preocupar a Lucy y a los habitantes de La Pedrera, pues perder los recursos de sus territorios significa perder su identidad cultural, su conexión con la naturaleza y con la vida misma.

Acompañar a las comunidades locales para implementar estrategias que fortalezcan sus iniciativas propias, para consolidar el manejo de sus territorios y reducir el impacto negativo sobre los ecosistemas naturales, ha sido el trabajo que durante 21 años ha desarrollado Conservación Internacional Colombia. | Foto: Cortesía Conservación Internacional

Acompañar a las comunidades locales para implementar estrategias que fortalezcan sus iniciativas propias, para consolidar el manejo de sus territorios y reducir el impacto negativo sobre los ecosistemas naturales, ha sido el trabajo que durante 21 años ha desarrollado Conservación Internacional Colombia, con organizaciones indígenas como AIPEA (Asociación de Autoridades Indígenas de La Pedrera Amazonas), que agrupa a los resguardos de Camaritagua, Puerto Córdoba, Comeyafú y Curare Los Ingleses, y Juntas de Acción Comunitarias, como las de las Veredas Madroño y Villa Marcela.

Con ellos se han construido planes de manejo para sus territorios, se han identificado áreas de manejo especial, dada su importancia cultural y biológica, y se han implementado programas como el de vigías comunitarios, orientado a proteger especies de peces como el pirarucú y la arawana. Otras iniciativas están dirigidas a fortalecer las capacidades de las comunidades y organizaciones locales para que puedan unir esfuerzos y así consolidar el manejo de sus territorios. Estas actividades han dejado buenos resultados, como lo afirma Efrén Andrade, secretario de recursos naturales de la Vereda Madroño, donde habitan 21 familias locales.

“En el programa Vigías Comunitarios de la zona de conservación se ha visto la recuperación de aves y otros animales; se han recuperado las especies propias del lago, peces menudos, peces gigantes como el pirarucú, la arawana; se ha venido recuperando la tortuga, y también se ha recuperado la gamitana, que es una especie importante que tenemos en el sector”, señala Andrade.

En el marco de este trabajo conjunto se está implementando en esta región el proyecto Nuestros Futuros Bosques - Amazonía Verde, liderado por Conservación Internacional, con el apoyo del Gobierno Francés, para consolidar la protección de alrededor de 4.000.000 de hectáreas de bosque amazónico, con lo cual se benefician más de 3.000 personas, quienes son los mayores aliados de la protección de estos bosques.

“La importancia en este caso es que exista un orden, exista una forma de utilizar las cosas sin explotación, sin aceleración, sin ver que estamos perjudicando al medio ambiente ni tampoco a nosotros”, dice Wilmar Rodríguez, representante de Territorio y Medio Ambiente de la Asociación AIPEA, quien apoya la implementación del proyecto en 4 resguardos.

Y es que, sin duda, el buen manejo de los recursos naturales en La Pedrera es fundamental para garantizar el sustento de las futuras generaciones; la pesca es la principal actividad que genera ingresos en la región, además de ser la fuente principal de proteína, que, con productos como la yuca brava, ñame, plátano, ají, frutas y la carne de monte, representan la base de la dieta de la población local. Está claro que, si no se cuidan, no habrá comida ni ingresos, pero tampoco habrá pulmón del mundo, si este se sobreexplota.

Actualizar los planes de manejo de sus territorios e implementar actividades clave, son algunas de las acciones priorizadas por las comunidades para continuar en ese esfuerzo de cuidar. | Foto: Cortesía Conservación Internacional

Actualizar los planes de manejo de sus territorios e implementar actividades clave, son algunas de las acciones priorizadas por las comunidades para continuar en ese esfuerzo de cuidar. A través del proyecto Amazonía Verde se adelantan correrías de reconocimiento y caracterización desde el punto de vista cultural y biológico, en áreas clave y zonas limítrofes de los resguardos de AIPEA y de la Vereda Madroño.

Para ello, el fototrampeo, como parte de un sistema integral de monitoreo comunitario, es una de las herramientas utilizadas, así como el fortalecimiento de las capacidades técnicas y los medios logísticos de grupos de vigías ambientales. Por otra parte, enmarcado en las acciones impulsadas por las lideresas comunitarias, para fortalecer la soberanía alimentaria, se adelantan capacitaciones en avicultura y la cría de abejas sin aguijón o Meliponicutura, nutriéndose esta última de las exitosas experiencias de la Alianza Naturamazonas, liderada por CI Colombia en el Piedemonte AndinoAmazónico.

Historias como la de Lucy Muca, lideresa que ha acompañado diferentes procesos durante más de 10 años, fortaleciendo las capacidades de muchas mujeres indígenas de la región, para que participen en diferentes procesos de toma de decisiones, especialmente en torno al manejo de los recursos naturales y su relación con la soberanía alimentaria de las comunidades; o como las de Wilmar Rodríguez y Efrén Andrade, quienes cuentan con gran experiencia para aportar a la consolidación de los procesos comunitarios para proteger el bosque amazónico, hay decenas que se tejen alrededor del cuidado de los territorios, donde Conservación Internacional espera aportar desde el reconocimiento y el respeto de los derechos humanos y la participación plena y efectiva de los planes de manejo del territorio, cuyos medios de vida dependen de los recursos naturales.

La Pedrera puede parecer simplemente un pequeño punto en medio de la selva tropical más grande del mundo, pero, sin duda, cada esfuerzo que se realice desde allí por conservarla será significativo. Por ello, seguir construyendo y fortaleciendo puentes entre quienes han habitado este territorio y todos aquellos actores interesados en proteger la Amazonia, es urgente para continuar día a día respirándola.