Actualmente hay empresas a las que no solo les interesa ejecutar óptimamente su trabajo o las funciones para las que fueron creadas, sino que también –desde su modelo de negocio– buscan impactar positivamente a la sociedad y al planeta, y por eso mismo dejan que los buenos resultados también se definan por el bienestar que irradian.

Una de ellas es el Banco Finandina, que opera completamente digital en el país y es la primera entidad financiera de Colombia y América Latina en adoptar el esquema de empresa de Beneficio e Interés Colectivo (BIC), que son aquellas que innovan y combinan las ventajas de su actividad con acciones concretas para beneficiar a sus trabajadores, aportar a la equidad social de la nación y contribuir a la protección del medio ambiente.

“Para dar este paso, el banco ha hecho cambios significativos, entre ellos, se enfocó en ser una entidad cero emisiones CO² –al medir el impacto que genera– y que busca eliminar el uso de papel y de elementos de alta contaminación. También entendió que la sostenibilidad no es solo verde e implica el funcionamiento del negocio en el largo plazo, maximizando el valor de los accionistas y colaboradores al generar empleo con equidad e inclusión”, dice Orlando Forero Gómez, gerente general de Finandina.

Las buenas prácticas

Uno de los puntos que más pesa de ser una sociedad BIC es la manera en que Finandina valora a sus trabajadores, sin importar su raza, estrato social, religión o género. Aunque, por la ubicación de sus oficinas, prefiere contratar hombres y mujeres que vivan en Sabana Norte.

“Como parte de nuestra labor socialmente responsable, en Banco Finandina estamos comprometidos con apoyar a las mujeres. Ellas representan 63 por ciento de los colaboradores y, de este porcentaje, 30 por ciento son madres cabezas de familia. Están ubicadas en diferentes cargos, inclusive de gran envergadura, como en áreas de dirección y administración, pues tienen alta capacidad de liderazgo. El 50 por ciento del equipo de gerentes, que hacen parte de la alta dirección, son mujeres”, agrega Forero Gómez.

Lo interesante es que después de haber cumplido un riguroso proceso de verificación con exigentes estándares de calidad, buen gobierno corporativo, compromiso ambiental e impacto positivo en los clientes y las comunidades, Finandina se concentra en contribuir a los retos globales de desarrollo sostenible mediante una operación ecoeficiente y un modelo de negocio que transforma vidas.

Desde hace unos años, el banco ha venido trabajando en la ejecución de medidas ambientales, como el desarrollo de acciones para reducir la huella de carbono, la automatización de procesos, la minimización en el uso de papeles y tintas, la colocación de productos digitales (que ya representan 50 por ciento) y créditos para la compra de vehículos eléctricos e híbridos, que respaldan el uso de tecnologías limpias.

“Con la financiación de proyectos que promuevan la economía circular, conserven el capital natural y el desarrollo de ciudades sostenibles, a través del uso de la movilidad cero emisiones, contribuimos a responder al cambio climático. Es por esto que en Finandina tomamos la decisión de que nuestro éxito también se defina por el bienestar que generamos y aspiramos, en el corto plazo, a lograr el sello B Corp, la mayor certificación global de sostenibilidad corporativa”, puntualiza el gerente general del banco.