Hace dos años y medio Cali y el Valle del Cauca eran noticia por ser el epicentro del estallido social en Colombia. Hoy, somos noticia y referente por lo que surgió gracias a ese complejo momento. Y es que pese a las grandes dificultades que vivimos por esos días, pudimos encontrar un camino común que nos permitió reconocernos y trabajar juntos: Compromiso Valle, un vehículo de impacto colectivo que nace a partir del diálogo y la escucha activa que reúne a más de 500 empresas de todos los tamaños, a fundaciones empresariales y familias, organizaciones del sector privado com o la Andi, la Cámara de Comercio de Cali y Comfandi, más de 100 organizaciones de base comunitaria, cientos de líderes sociales y miles de ciudadanos con el propósito de cerrar brechas y generar oportunidades para los más vulnerables.
Compromiso Valle es mucho más que filantropía o una reunión de programas sociales, es innovación social que está construyendo capital social. La magia detrás de la iniciativa es el reconocimiento del otro; empresarios que decidieron salir a las calles en los peores momentos del estallido social y entender que para comprender su entorno debían, además de ver los datos fríos, salir y conocer la realidad de primera mano.
También comprendieron que no era suficiente tener muy buenas fundaciones que hicieran una labor impecable, sino que ellos –los directivos de la compañía y los accionistas– debían involucrarse personal y directamente, dándoles a los asuntos sociales y de entorno un lugar prioritario en la toma de decisiones de sus compañías, no solo a las áreas de responsabilidad social o similares.
Desde la óptica más sensible, Compromiso Valle nos ha dado la oportunidad de vernos y entendernos como seres humanos, en los diálogos diarios entre jóvenes, líderes y empresarios no hay títulos, no hay “dones”, son solo seres humanos hablando con seres humanos desde sus inquietudes, sus vivencias, temores y sueños. Personas que al final, quieren lo mismo: trabajar por el bien del Valle del Cauca y que todos vivamos bien en ella.
Por otro lado, los jóvenes y líderes entendieron que los empresarios no eran los villanos que ellos pensaban y que hacer empresa es todo un reto digno de admirar, respetar y emular. Lo que al final comprendimos es que buena parte de la población, sobre todo la más vulnerable, no conoce a las empresas ni la manera como estas construyen valor para la sociedad. Entonces nos preguntamos, ¿cómo alguien puede apreciar algo que no conoce? Por esto, de la mano de la Andi Valle del Cauca, las visitas empresariales de muchos de estos jóvenes y líderes han sido fundamentales en ese propósito de reconocimiento. Pero, además, hemos generado más de 3.000 empleos formales y miles de conexiones comerciales para los que han preferido el camino del emprendimiento.
Con todo lo anterior, estamos aportando al cierre de brechas socioeconómicas y generando oportunidades a miles de personas. A la fecha son 58.000 participantes y el doble de beneficiados, empezando por los empresarios, a quienes este proceso les ha cambiado la forma de liderar y la perspectiva de la vida. Más allá de eso, estamos reconciliando y uniendo a un territorio cuya historia se ha caracterizado por la división, las barreras entre unos y otros, pero que hoy tiene la posibilidad de contar algo diferente y sembrar la semilla de un gran cambio cultural. Esto a pesar de que muchos aún insistan en que nos quedemos en el discurso de la división.
Dialogando, reconociendo la diferencia, trabajando de la mano con el que no piensa igual y accionando de manera concreta y medible: así es como desde el Valle del Cauca construimos país.
*Directora ejecutiva de Propacífico.
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