La producción agrícola es responsable de más del 20 por ciento de los gases efecto invernadero y del consumo del 70 por ciento del agua en el mundo. Según el informe ‘Situación y perspectivas de la economía mundial’, de Naciones Unidas, los efectos del calentamiento global suponen un riesgo significativo para el crecimiento económico y la seguridad alimentaria en países de América Latina, Asia y África. “Se avecina una crisis para la agricultura y el sur global es el menos preparado para gestionar las pérdidas económicas, la inseguridad alimentaria y la malnutrición”, explicó Karen Reyes, vocera para Colombia de la ONG Internacional Sinergia Animal.
Ante este panorama, el sector agrícola colombiano se viene preparando desde hace varios años con proyectos e inversiones que aporten a la meta que estableció el país ante la Convención Marco de las Naciones Unidas, de bajar 51 por ciento los gases de efecto invernadero para 2030 y buscar la carbono-neutralidad para 2050.
Por una parte, está el proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible, aprobado por el Fondo Verde del Clima, que trabajará con cerca de 200.000 familias campesinas en nueve cultivos de 22 departamentos y 219 municipios, con los cuales se busca impactar un millón de hectáreas. Por otro lado, hay inversiones y apuestas directas de los gremios. Manuel Gómez, director del área de Sostenibilidad de Fedegán, destacó el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible, que inició su implementación en 2010 para la transformación de los modelos tradicionales de ganadería hacia prácticas sostenibles.
La iniciativa logró vincular a más de 4.100 familias ganaderas en regiones como el valle del río Cesar, Bajo Magdalena, Boyacá y Santander, ecorregión cafetera y el piedemonte orinocense, que actualmente implementan nuevas tecnologías y prácticas amigables con el medioambiente. Adicionalmente, se obtuvo información relevante frente a los beneficios de los arreglos silvopastoriles y agrosilvopastoriles en cuanto a la captura de carbono, mayor productividad ganadera y la recuperación de la biodiversidad.
El país cuenta actualmente con cerca de 1,1 millones de hectáreas en ganadería con manejo sostenible y dentro de ellas están los sistemas silvopastoriles de baja, mediana y alta intensificación. La meta de Fedegán es incrementar las áreas de sistemas silvopastoriles en un millón de hectáreas en los próximos años para seguir aportando en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Por su parte, la agroindustria de la caña ha invertido más de 1.500 millones de pesos a través de su centro de investigación Cenicaña, en la implementación de una red de monitoreo hidrológico que permite conocer en tiempo real el caudal de diez ríos del Valle del Cauca. Esta información permite tomar acciones para el uso eficiente del recurso hídrico, es decir, utilizar la cantidad necesaria en el momento indicado, precisó Claudia Calero, presidenta de Asocaña.
Este gremio ha gestionado la firma de 19 acuerdos colaborativos por el agua con las comunidades y agricultores de la región, con el objetivo de establecer estrategias como turnos de riego en los momentos en que el nivel de los ríos es muy bajo. Así mismo, a través del Fondo Agua por la Vida y la Sostenibilidad, los ingenios azucareros vienen trabajando en el mejoramiento de acueductos veredales en la parte alta del departamento, que busca reducir las pérdidas de agua por daños en sus canales de conducción. De esta forma, el país avanza en sostenibilidad agrícola y reafirma su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030.