Hace un año, apenas el 12,6 por ciento de los trabajadores en Colombia tenía educación profesional, según el Dane. Es decir, 2,7 millones de personas de las 21,9 millones que se encuentran activas laboralmente. La cifra es todavía más baja con los estudios de posgrado. Solamente el 4 por ciento tiene esta formación especializada. Las razones son muchas, pero en la mayoría de los casos tienen que ver con la inversión de recursos y tiempo que esto les exige.
Esta realidad impulsó el desarrollo de nuevas metodologías, modelos y herramientas que contribuyen a adquirir habilidades y conocimientos, pero que no exigen un gasto tan alto. Entre ellos sobresalen las microcredenciales. Se trata de programas de formación avanzados y en línea, que permiten especializarse en determinadas áreas. Esta alternativa se ha vuelto muy popular entre las empresas, pues les permite a sus colaboradores actualizarse, son mucho más económicas que una maestría, por ejemplo, y se pueden completar en dos a ocho meses.
Julián Melo, CEO y cofundador de Ubits, una plataforma de aprendizaje para el desarrollo de competencias en empresas de habla hispana, advirtió que “las microcredenciales no sustituyen los títulos universitarios. Sin embargo, pueden ser un diferenciador importante en los procesos de upskilling y reskilling de diferentes posiciones dentro de una compañía, además de que su obtención en temas de costos y tiempo es sustancialmente menor”.
Las ventajas de este tipo de herramientas se reflejan en el crecimiento del e-learning en América Latina. Según un estudio de Ambient Insight, se calcula que este mercado crecerá 14,6 por ciento anual entre 2021 y 2026. Estos porcentajes también se deben a que los currículos de los programas y las certificaciones usualmente están avalados por universidades reconocidas a nivel internacional, lo cual, a su vez, garantiza la pertinencia y calidad de los contenidos. “En el caso de Ubits, buscamos estar avalados por instituciones como EADA, la Universidad de Stanford, la Escuela de Negocios de Barcelona, la Universidad Tecmilenio o la Universidad de los Andes”, precisó Melo.
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