En 2022, el sector farmacéutico registró una producción bruta de 10,68 billones de pesos, equivalente al 2,5 por ciento de la industria nacional, según datos del DANE.
Raúl Ávila, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, explicó que “la industria farmacéutica generó alrededor del 1,5% del PIB del país en 2023 y genera empleo directo a más de 50.000 personas, incluyendo profesionales en áreas como la investigación, la producción, la distribución y la venta de medicamentos”.
Este entorno ha convertido al país en uno de los mercados emergentes de América Latina y el Caribe para la inversión extranjera directa de la industria global farmacéutica y en especial en capacidad instalada por parte de trasnacionales.
Según la CEPAL, entre 2005 y 2021 las fusiones y adquisiciones transfronterizas de empresas del sector farmacéutico en la región alcanzó los 16.633 millones de dólares. De este total, Colombia fue el cuarto destino con una participación del 4%. Se ubicó detrás de Brasil (36%), Chile (32%) y México (24%).
Durante el mismo periodo, el país ocupó también el cuarto puesto en anuncios de proyectos con IED para la región con una participación del 12 por ciento del total, sólo por debajo de Brasil (34%), México (17%) y Argentina (12%).
“El sector farmacéutico en Colombia ha experimentado un creciente interés por parte de inversionistas extranjeros en los últimos años, impulsado por diversos factores que lo convierten en un destino atractivo para la inversión”, indicó el académico.
Ávila hizo énfasis en el impacto favorable que en el país ha generado la IED en este sector con beneficios como, por ejemplo, el crecimiento económico de esta industria, la transferencia de tecnología, el acceso a nuevos medicamentos, el impulso a la investigación y desarrollo, y el incremento de las exportaciones de este tipo de productos.
De igual forma, un estudio del Banco de la República evidenció que las empresas con IED dedicadas a la fabricación de productos farmacéuticos, sustancias químicas medicinales y productos botánicos de uso farmacéutico han obtenido márgenes netos positivos en su operación desde comienzos de este siglo.
En el periodo comprendido entre 2000 y 2005, este indicador que mide la relación entre las utilidades y las ventas netas o ingresos operacionales alcanzó una variación positiva del 5 por ciento, en el quinquenio 2006-2010 del 9 por ciento, entre 2011 y 2015 del 7 por ciento y del 2016 al 2022 también del 7 por ciento.
En este contexto, el informe de la CEPAL plantea que tras la pandemia, el subcontinente robusteció su potencial para la inyección de capitales globales de dicha industria por atributos como tener un mercado con 680 millones de habitantes. En este punto Colombia tiene mucho que ganar por ser el tercer país más poblado de esta región. Pero no es la única ventaja que posee.
Jenny Saturno, doctora en ciencias farmacéuticas y profesora del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias de la Universidad Javeriana, destacó “la gran biodiversidad del país que no ha sido explorada en su totalidad y las múltiples investigaciones que existen en este campo, que permiten la obtención de productos farmacéuticos a partir de materias primas naturales”.
La investigadora con experiencia en cargos en diversos instancias de la industria farmacéutica plantea que de la biodiversidad se pueden obtener los insumos, en este caso los extractos, que posibilitarían el desarrollo de productos fitoterapéutico, cosméticos, suplementos dietarios o alimentos con propósitos médicos especiales, entre otros.
También valora el activo demográfico del país que lo convierte en un mercado atractivo para la IED y las buenas calificaciones obtenidas por el sistema de salud de parte de la OMS.
“La ubicación geográfica de Colombia y los altos estándares de calidad de sus productos, basados en el cumplimiento de las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), atrae inversión extranjera para la fabricación de productos farmacéuticos que puedan ser exportados”, agregó.
Según Johann Schomberger, socio de Brigard Urrutia, la inyección de recursos foráneos se debe al crecimiento constante de esta industria, su avanzada infraestructura en manufactura y distribución, la oferta del país en fuerza laboral especializada y cualificada, y la posibilidad de generar un acceso estratégico a los mercados regionales en América Latina.