La situación por la que atraviesa Colombia nos plantea la inaplazable necesidad de tender puentes entre los sectores público y privado para garantizar que nuestro país retome el ritmo de crecimiento. No hay tiempo que perder. Así lo indican los pronósticos de los más prestigiosos validadores internacionales, quienes señalan que en el horizonte se vislumbran nubarrones económicos para el país.
Por ejemplo, el Banco Mundial calcula un crecimiento para Colombia de 1,5 por ciento al cierre de 2023, mientras que el Fondo Monetario Internacional augura un aumento del PIB de 1,4 por ciento. A esas estimaciones se suman la tímida reducción de la inflación, la tasa de desempleo que cede a paso lento y la reducción de la inversión extranjera directa y de las exportaciones.
No obstante, vemos una luz al final del túnel: las conexiones efectivas entre lo público y lo privado. Vale la pena traer a colación lecciones aprendidas y ejemplos de buenas prácticas que evidencian la importancia de lo que yo suelo llamar “el poder de la unión” entre lo público y lo privado para afrontar escenarios adversos. A continuación, tres ejemplos que bien podrían servir de referencia.
Durante un poco más de cuatro años, entre agosto de 2018 y septiembre de 2022, tuve el inmenso honor de presidir ProColombia, agencia del Gobierno nacional encargada de la promoción internacional de Colombia como destino de negocios y turismo, así como de la administración de la Marca País.
Justo cuando en 2019 habíamos alcanzado cifras históricas casi en todos los frentes asociados a nuestros tres ejes de negocio, inversión extranjera directa, exportaciones no minero energéticas y turismo internacional, llegó la pandemia con la subsecuente crisis económica y sus desafíos naturales. En marzo de 2020 teníamos programada la Macrorrueda de Exportaciones en formato presencial. Por primera vez se iba a realizar en Medellín, con la asistencia de más de 1.000 compradores internacionales interesados en conocer la oferta colombiana representada en más de 2.000 exportadores nacionales.
En tan solo 48 horas nos vimos en la necesidad de migrar el evento de un formato presencial a uno ciento por ciento virtual. La respuesta del equipo de ProColombia fue fantástica, con un compromiso, mística y capacidad de adaptación admirables.
La disposición de los empresarios fue igualmente heroica e inspiradora. Asumimos juntos un compromiso tácito que luego se trasformaría casi en una arenga: garantizar que los negocios siguieran adelante. Así fue y lo logramos juntos, generando ventas inmediatas por más de 4 millones de dólares y expectativas de negocio de más de 80 millones de dólares.
Desde luego que una situación tan compleja y atípica como una pandemia nos llevó a pensar fuera de la caja, explorar e innovar. Esa es precisamente la historia del segundo ejemplo. En las etapas tempranas de la pandemia me reuní con Andrés López, presidente ejecutivo de Corferias, para evaluar posibilidades de articulación entre dicha entidad y ProColombia en el empeño de garantizar que los negocios siguieran adelante.
De esa conversación surgió Econexia, una plataforma para impulsar el posicionamiento del portafolio exportable de las pymes colombianas. Esta iniciativa alivió en gran medida la difícil situación del empresariado y fue un escenario ideal para concretar negocios. Otra historia de éxito tuvo lugar durante el estallido social de abril de 2021. Las imágenes de las protestas estaban afectando la imagen de Colombia en el exterior como un destino seguro y confiable de inversión y turismo.
De tal manera que el Gobierno nacional y el sector privado aunamos esfuerzos y emprendimos una gira de “activismo empresarial” para generar confianza en Colombia y sus instituciones ante tomadores de decisión y la misma comunidad internacional. Fuimos recibidos con la mejor disposición y recuperamos la confianza en Colombia y su gente. Esta experiencia constituyó un verdadero marco de referencia sobre cómo transformar desafíos en oportunidades de crecimiento.
Esa es precisamente mi invitación para esta coyuntura: tender puentes entre lo público y lo privado que se traduzcan en mejor calidad de vida para los colombianos. Cuenten con nuestro concurso para que así sea. Me despido deseándoles un 2024 cargado de salud, negocios y conexiones efectivas que se traduzcan en prosperidad y rentabilidad para los proyectos que emprendan.
*CEO y fundadora de Conexiones Efectivas y expresidenta de ProColombia.
Lea también: El legado verde de Aviatur: Samy Bessudo y la evolución hacia un turismo sostenible
Contenido relacionado: Creatividad en la era digital: el sello innovador de Grupo BDB