El Suroeste de Antioquia experimenta, desde hace 30 años, un proceso demográfico que les ha hecho perder a sus 23 municipios cerca de la mitad de los habitantes. En Jericó, por ejemplo, vivían 24.000 personas en 1993 y ahora son solo 13.919 habitantes, según las cifras del Dane. La Fundación Ecsim, centro de investigación avalado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, explica esta dinámica poblacional en la decisión de los habitantes de 19 años en adelante, quienes suelen abandonar sus territorios en busca de un futuro más promisorio.
Para Diego Gómez, director de la Fundación Ecsim y secretario técnico de la Fundación ProJericó, “los jóvenes emigran por dos razones: no tienen suficientes oportunidades de estudios y formación, y las oportunidades de empleo, emprendimiento o generación de recursos son limitadas”.
Para darle un giro a esta dinámica, la Fundación ProJericó adelanta proyectos en los ámbitos de la educación y la transformación productiva con los que se busca retener a esta población y ofrecerle herramientas para que pueda contribuir al desarrollo de su patria chica.
Según explica Gómez, se adelanta la estructuración de un proyecto para crear una oferta educativa en el nivel terciario, que beneficiará a por lo menos el 50 por ciento de los bachilleres de Jericó y de la región del Cartama, y en el que, además, se cuenta con el apoyo de instituciones como la Corporación Universitaria Lasallista.
Este sueño se podrá hacer realidad gracias a la alianza con la Alcaldía de Jericó. Se beneficiarán tanto el municipio como la región del suroeste con más oportunidades de educación terciaria. Mientras se expiden autorizaciones, a varios jóvenes jericoanos les fueron ofrecidas becas para adelantar estudios.
También en lo educativo, la Minera de Cobre Quebradona, miembro de la Fundación ProJericó, proyecta cualificar a sus futuros empleados con programas de bachillerato técnico, así como con carreras técnicas y tecnológicas, que tendrán el apoyo del Sena, entre otros. Esto comenzará cuando se expida la licencia ambiental y de los programas especializados en minería.
El segundo proyecto es el de transformación productiva que debe generar puestos de trabajo para los jóvenes jericoanos. Gómez valoró el interés de esta población por su tierra e indicó que en varios espacios de diálogo han visualizado el futuro del municipio y su papel en el mismo. “Siempre habrá en los muchachos el deseo de viajar o de vivir en otras partes, pero también está ese deseo de trabajar por su municipio”, aseguró.
Tal es el caso de Jonathan Román, miembro de la plataforma Cultura Joven, del municipio, y del grupo Jericoanos Con Visión, quien plantea la necesidad de la pertinencia en la formación que se debe ofrecer. “Más allá de educación, en Jericó debemos hablar de un modelo educativo que responda a las necesidades del territorio”, aseguró.
Por su parte, Daniela Ceballos, miembro de la banda marcial, indicó que la formación, en este caso la musical, “es algo que nos ayuda a nosotros para no quedarnos quietos y para no estar en la casa haciendo nada”, puntualizó.
Con formación y creación de empleo, el futuro de la juventud en Jericó se visualiza en su terruño y promoviendo desarrollo.