El hogar es donde está la familia. En este entorno se debe hacer todo lo posible para que cada uno de los miembros desarrolle sus habilidades, solucione sus necesidades y, en términos generales, viva plenamente.
Ese es precisamente uno de los logros de las cajas de compensación. Estas organizaciones se han encargado de ir mucho más allá de brindar la posibilidad de tener un techo propio.
Un ejemplo de ello es Colsubsidio con Ciudad Verde, en Bogotá. Este megaproyecto no solo fue revolucionario en su momento gracias a su tamaño, sino que además se encargó de desarrollar un modelo de hábitat integral que incluye supermercados, colegio, centro comercial, iglesia, droguería, etcétera. A esta iniciativa se suma Suramérica, un proyecto de Compensar en las inmediaciones de la iglesia del 20 de julio, que les permite a los beneficiarios acceder a una vivienda digna y brinda la opción de continuar con sus negocios en varios locales comerciales, una manera distinta de satisfacer las necesidades de una población compuesta principalmente por artesanos.
William Alzate, presidente de Fedecajas, aseguró que ha sido tan significativo el impacto social de los programas de vivienda de las cajas, “que los gobiernos las han tenido en cuenta para ser actores de primer orden en la política social de vivienda y les han permitido realizar convenios con entidades del nivel central, descentralizadas y entes territoriales, para administrar recursos de subsidios del Estado, que sumados a los de las cajas, han permitido el cierre financiero para que muchas familias accedan a soluciones dignas de vivienda”.
Por su parte, el superintendente de Subsidio Familiar, Luis Guillermo Pérez, explicó que la esencia de estos proyectos es transformar la sociedad porque “la dinámica de las cajas se caracteriza por llegar a la población que se encuentra en una situación económica precaria, con el fin de atender sus necesidades básicas y mejorar la calidad de vida”. Algunos proyectos son a gran escala, a las afueras de la ciudad, con miles de soluciones de vivienda, colegios, centros de salud, espacios deportivos y servicios conectados que brindan las mismas cajas o facilitan gracias a convenios con otras entidades.
“Las actividades productivas iniciadas por las familias beneficiarias de los proyectos de vivienda en muchos casos cuentan con la financiación, acompañamiento y monitoreo de las mismas cajas para que esos emprendimientos sean productivos y sostenibles”, agregó Alzate.
Además, estos proyectos atienden las necesidades de segmentos de la población más vulnerable, como la tercera edad, con opciones de educación y empleo para ellos.