Los productos libres de humo no están exentos de riesgos y contienen nicotina, que es adictiva, sin embargo, son una opción para aquellos adultos que continúan con el cigarrillo. Para quien no fuma la mejor opción es no empezar, y para quien lo hace, la mejor opción sigue siendo dejarlo por completo.

¿Qué es la nicotina?

La nicotina se encuentra naturalmente en la planta del tabaco. Una vez inhalada, la nicotina se absorbe y viaja directamente por el torrente sanguíneo a través del cuerpo hacia los tejidos y órganos. En el cerebro, la nicotina se une a receptores específicos y desencadena la liberación de dopamina y otros neurotransmisores.

Después de la estimulación repetida con nicotina, el cerebro se adapta a su presencia, un proceso que es reversible cuando la persona deja de usar productos que la contienen. La acción de la nicotina en el cerebro también puede desencadenar efectos fisiológicos fuera del mismo, ocasionando el aumento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial.

Los productos que contienen nicotina no deben ser utilizados por mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni personas que tienen o están en riesgo de padecer alguna enfermedad cardíaca, hipertensión arterial grave o diabetes. Los menores no deben consumir ni tener acceso a tabaco o a productos que contengan nicotina.

¿Cómo funciona la nicotina en las alternativas sin humo?

La nicotina es una de las razones por la que algunos adultos fuman, pero no es la única. Para muchos fumadores adultos también son relevantes el ritual y la experiencia sensorial.

Lo cierto es que la nicotina es adictiva y no está exenta de riesgos, pero no es la causa principal de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo, así lo señala la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés). Las sustancias químicas dañinas y potencialmente dañinas del humo, resultado de la quema del tabaco y el consecuente proceso de combustión, son la causa principal de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Es por esto que los productos libres de humo eliminan la combustión. Esta es la principal diferencia con los cigarrillos.

Los fumadores adultos merecen información precisa para poder tomar una decisión informada. Karl Fagerström, psicólogo clínico e inventor de la prueba que lleva su apellido para medir el grado de dependencia que genera la nicotina en una persona, advierte, luego de más de 40 años de investigación científica sobre la nicotina, que “se sigue asociando la nicotina a todas las enfermedades relacionadas con el tabaquismo, cuando la realidad es otra: en la combustión del tabaco se producen miles de sustancias químicas, de las que más de un centenar son dañinas para la salud. Si el tabaco no se quema, el problema se reduce considerablemente”.

*Contenido elaborado con apoyo de Coltabaco