Durante 2022 la principal causa de muerte en Colombia fueron las enfermedades cardiovasculares, según el Dane. De los 41.783 fallecimientos atribuidos a esta causa, el 18 por ciento correspondió a mujeres, un incremento del 14,7 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior.
Andrés Felipe Buitrago, cardiólogo jefe de la sección de Cardiología de la Fundación Santa Fe de Bogotá, explicó que si bien los hombres tienen mayor riesgo cardiovascular que las mujeres, una vez llega la menopausia esta probabilidad se iguala e incluso es mayor en ellas. Sin embargo, esto no solo deriva en afecciones del corazón, también en el desarrollo o riesgo de padecer otras enfermedades. Según Buitrago, estas pacientes tienen tendencia a presentar sobrepeso, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades autoinmunes, entre otras complicaciones.
Se estima que el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares es mayor para las mujeres que para los hombres después de la menopausia, con un 20,9 por ciento versus 14,9 por ciento. Además, después de los 65 años, las mujeres son más propensas a sufrir de hipertensión y solo el 29 por ciento de las mujeres mayores tienen un adecuado control de la presión arterial. En los hombres este porcentaje es del 41 por ciento.
“Las mujeres están subrepresentadas en los estudios clínicos y en general llegan en menor proporción a las metas de tratamiento, por lo que resulta clave asistir a consultas médicas que funcionen para identificar y prevenir anomalías, así como fortalecer la educación en pro de la salud cardiovascular”, enfatizó Buitrago.
Para Adriana Torres, coordinadora del Programa de Recertificación Cardiopar de la Sociedad Colombiana de Cardiología, en las mujeres se presenta más tarde el riesgo de enfermedades cardiacas debido a que procesos como la menopausia disminuye la producción de estrógenos, las hormonas sexuales femeninas que funcionan como un mecanismo protector ante afecciones del corazón, los huesos y el cerebro. Sin embargo, advirtió que una de las mayores barreras para tratar estos trastornos es la falta de estudios médicos desde el enfoque de género en el campo de la salud.
“Las mujeres colombianas tienen más probabilidades de estar sujetas a disparidades de salud que surgen de factores socioculturales y socioeconómicos. Existe una representación menor de las mujeres en los estudios clínicos de medicamentos cardiovasculares, lo cual es crucial para adquirir conocimientos sobre las diferencias relacionadas con el sexo en el tratamiento, por lo que queda mucho trabajo por hacer para investigar por qué las mujeres están subrepresentadas en la participación de los ensayos clínicos cardiovasculares”, enfatizó.
Además de que el personal de la salud debe suministrar de manera clara y oportuna la información sobre los riesgos de las enfermedades cardiovasculares, los expertos coincidieron en la importancia de que tanto hombres como mujeres lleven una vida sana física y mentalmente, con el fin de reducir la probabilidad de adquirir alguna afección del corazón y gozar de una mejor calidad de vida.