La Encuesta Nacional de Patrones de Actividad Humana (NHAPS) de Estados Unidos detalla que una persona puede pasar hasta el 90 por ciento de su vida en lugares cerrados.
Aunque es fácil calcular las horas que permanecemos en un determinado lugar, no solemos reflexionar sobre la influencia que tiene dicho espacio en nuestro bienestar físico y mental. Por ejemplo, un lugar de trabajo pequeño e incómodo puede producir estrés; o bien, en un hogar frío y monótono los pensamientos negativos se presentan más fácilmente.
Por ello, la relación entre bienestar e infraestructura ha sido objeto de estudio de manera permanente. De hecho, la periodista científica Emily Anthes publicó en junio de 2020 el ensayo ‘Grandes interiores: la sorprendente ciencia de cómo los edificios dan forma a nuestro comportamiento, salud y felicidad’, donde teoriza sobre cómo el rediseño de todos aquellos espacios donde permanecemos podría ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida.
La “buena arquitectura”
Particularmente en Colombia se están dirigiendo cada vez más esfuerzos para hacer que instalaciones como centros médicos, espacios públicos y lugares de esparcimiento, deporte y ocio contribuyan a la generación de bienestar.
Wílmer Linares Mendoza, gerente de proyectos de infraestructura de Compensar, explica que al interior de esta caja de compensación familiar hay una genuina preocupación por el diseño de sedes y escenarios pensados en la experiencia positiva de usuarios y visitantes, y por ello, cuentan con una infraestructura urbana y campestre ubicada estratégicamente para darle cobertura a sus necesidades, mediante espacios incluyentes para las familias, afiliadas y no afiliadas, de todos los niveles socioeconómicos, ampliando así sus posibilidades de mejorar la calidad de vida.
“Facilitamos la prestación integral de los servicios a través del desarrollo, conservación y mejoramiento de nuestra planta física, bajo el principio de ‘buena arquitectura’, poniendo a disposición de afiliados y visitantes espacios adecuadamente dotados, incluyentes y amigables con el medio ambiente, siempre con criterios de sustentabilidad, innovación y calidad”, puntualiza Linares.
Esta filosofía ha conducido a Compensar a concebir sus instalaciones bajo criterios de amplitud, iluminación natural e inclusión, imperante vegetación y el uso adecuado de herramientas tecnológicas, lo que se constituye en un sello propio de las edificaciones y sedes de la entidad.
“En las definiciones de lo que es buena arquitectura nos apoyamos en varios principios: uno fundamental es el modelo integral de bienestar y salud de Compensar, y eso lo debemos plasmar en las edificaciones, no solo conceptualmente, sino como una realidad que impacte en el bienestar de nuestros visitantes, como lo hemos venido haciendo en los edificios que las personas ya conocen y lo seguiremos implementando en las nuevas construcciones que están en obra, como Carrera 60 y en Centro Mayor, donde esos servicios se integran”, señaló el gerente de proyectos de infraestructura.
Integralidad también desde la infraestructura
Además, a estos principios se suman otros factores, como el respeto por los usuarios, la excelencia en el servicio, concursos arquitectónicos (como sistema para la selección de profesionales), innovación tecnológica y arquitectura sostenible.
Es por ello que, su proyección frente a la planta física contempla instalaciones que crecen y se desarrollan en función de la comunidad, de amplio impacto social y que contribuyen a la construcción de tejido social, donde el buen servicio es el principal diferenciador.
Esta mirada integral ha llevado a la entidad a desarrollar sus edificaciones favoreciendo la integración de los diferentes servicios que presta. De manera que, en una sede en la que una persona va al gimnasio o realiza cualquier tipo de actividad física, también va a encontrar a profesionales de la salud para recibir una atención completa, pero no de forma aislada o separada. “Esta es la experiencia que hoy en día vive un usuario de sedes como San Roque (en Cajicá) Suba o Calle 94 y próximamente en la sede ubicada en Centro Mayor”, agregó Wilmer Linares.
La pandemia: otro reto desbloqueado
Entre el 2020 y el 2021, en pleno contexto de la pandemia, la entidad llevó a cabo diferentes adecuaciones en infraestructura para responder, principalmente, a las necesidades de su frente de salud, entre ellas, la adecuación temporal y en solo 12 días de las instalaciones de su sede de la Calle 26 para la atención de pacientes Covid de mediana y baja complejidad.
“De cara a la problemática mundial, Compensar actuó de frente y haciendo obras en tiempo récord. En esos 12 días tuvimos que acondicionar una red de oxígeno, hacer duchas, lavamanos y muchos otros trabajos de adecuación”, precisó el gerente de proyectos de infraestructura.
A esto luego se sumó la habilitación de zonas para la toma de muestras Covid, dando respuesta a la ciudad en uno de los momentos más álgidos de la pandemia; además de la habilitación de diversos espacios para el desarrollo de atención médica de pacientes en la modalidad de teleorientación, contribuyendo a mejorar la oportunidad del servicio en medio de la crisis sanitaria; así como la adecuación de infraestructura para el desarrollo de las jornadas de vacunación Covid.
Linares añadió “el año pasado, por ejemplo, adelantamos nuevas construcciones, remodelaciones y ampliaciones, interviniendo cerca de 21.000 metros cuadrados. Además, 341 empresas locales participaron en el desarrollo de nuestras obras, generando valor social a través de los proyectos, y de ellas, 67 se vincularon como nuevos proveedores, aportando así al fortalecimiento del sector de la construcción y a la reactivación del empleo, tras la crisis ocasionada por el Coronavirus”.
Por otra parte, y en línea con sus múltiples servicios, en 2020 Compensar se encontraba realizando la remodelación de su hotel Lagomar (en Girardot), con obras en las que participaban alrededor de 160 trabajadores. Sin embargo, dada la emergencia sanitaria, la entrega de obra, que estaba presupuestaba para finales del año tuvo afectaciones, no obstante, fue culminada durante el primer semestre del 2021.
De otro lado, en la actualidad, la entidad se encuentra construyendo una gran sede de atención en salud y bienestar de 12.000 metros cuadrados con una propuesta innovadora en el acceso a los servicios, que estará ubicada en el centro comercial Centro Mayor, en Bogotá.
El gerente de proyectos de infraestructura de Compensar calcula que entre todos estos proyectos se pueden estar generando alrededor de 1.000 empleos en temporadas altas de construcción y 500 en baja.
Así mismo, avanza en mejoras en la edificación del jardín infantil ubicado en Hogares Soacha, uno de sus proyectos propios de vivienda, y también en la unidad de bienestar integral Carrera 60 (cerca al Museo de los Niños), destinada especialmente a la atención para la persona mayor, con otros 12.000 metros cuadrados, 14 pisos y tres sótanos. Estos servicios se complementarán con los de un nuevo espacio en Fusagasugá, en una finca de 15 hectáreas, donde hay un primer avance con 60 habitaciones para alojar a adultos mayores.
Por otro lado, en Lagosol, centro vacacional, comenzaron las obras en el marco del gran Plan Maestro – que incluye 10 frentes de obra. Asimismo, en la sede de Suba, se destinará un piso para ampliar servicios de bienestar (salones para diferentes actividades). Además, en articulación con la Fundación Universitaria Compensar, se va a construir la nueva sede de esta institución educativa (campus universitario), cuya primera fase equivale a 26.000 metros cuadrados, sobre la Avenida 68.
“Para los próximos 10 años, tenemos proyectada la ejecución de más de 150.000 metros cuadrados que se verán reflejados en grandes y pequeñas obras dentro de sedes ya construidas, como Autopista Sur, Carrera 69, Alquería, Calle 145 y Avenida 68, los cuales les abren a nuestros usuarios y visitantes las puertas del bienestar”, concluyó el gerente de proyectos de infraestructura de Compensar.