¿Qué fue lo más difícil del procedimiento?
SARA MENDOZA CRESPO: Los dispositivos están diseñados para adultos y nuestra paciente era Sofía, de 11 años. De hecho, no se pueden implantar en personas que pesen menos de 20 kilos y ella tenía apenas 21 kilogramos. Eso fue lo más desafiante.
¿Ya no es extraño hablar de un “corazón artificial”?
S.M.C.: La tecnología de las asistencias ventriculares se ha refinado desde los años sesenta. Como resultado, los anticoagulantes y la biocompatibilidad de los dispositivos han mejorado tanto que se ha podido extrapolar a los pacientes pediátricos. Así se han adaptado dispositivos como el que usamos en el procedimiento, el HeartmateIII, que se usa en niños porque su riesgo de generar trombos y otros problemas en el organismo es bajo.
¿Por qué resultan tan importantes este tipo de trasplantes?
S.M.C.: Las asistencias ventriculares, como se les conoce en medicina, marcan un antes y un después para los pacientes porque les dan más independencia para compartir con sus seres queridos, asistir a clases, ir a restaurantes, etcétera, sin preocuparse por sus problemas de salud. Aunque lo ideal es que sean cada vez más pequeñas porque, en la actualidad, el conducto que comunica a la batería con el aparato está por fuera y al entrar en contacto con el agua puede causar infecciones. Además, así se le podría implantar a pacientes que pesen menos de 20 kilos.
¿Qué representa este logro para Colombia?
S.M.C.: El trasplante demuestra que el país está a la vanguardia en tecnología médica y lo posiciona como un pionero de este tipo de asistencias, aunque hay oportunidades de mejora en el área de la investigación porque faltan recursos y tiempo para hacerlo. Los colombianos no estamos enfocados en la parte investigativa, pero esta área es clave si queremos ofrecer una atención médica que sea cada vez mejor.
¿Qué tratamientos vienen a futuro para los pacientes con enfermedades cardiovasculares?
S.M.C.: Se está estudiando la posibilidad de hacer un corazón de tejido y llenarlo de células para que se vitalice. La ventaja es que sería a la medida del paciente y se evitaría la resistencia inmunológica. Además, el xenotrasplante también ha tomado fuerza por ser una alternativa que consiste en el traspaso de órganos animales a humanos, especialmente a pacientes pediátricos porque el sistema inmunológico de los niños es más inmaduro y, por ende, el rechazo del cuerpo es más fácil de manejar.