Las pequeñas y medianas empresas son bastiones de la economía. En América Latina, según la Cepal, representan el 99 por ciento de las unidades productivas y generan cerca del 67 por ciento del empleo. En Colombia, según Confecámaras, aportan el 40 por ciento del PIB nacional y el 79 por ciento de los puestos de trabajo. Sin embargo, las empresas grandes de la región son 33 veces más productivas que las microempresas y seis veces más que las pequeñas. Darle un giro a esta dinámica implica ampliar su acceso a la tecnología y en este proceso cuentan con un aliado: Siigo.
Constituida en Colombia hace 36 años, esta compañía es hoy un referente en el campo del software contable y administrativo para pymes y contadores del subcontinente, con presencia directa en Colombia, Ecuador, Uruguay, México y Perú. En los últimos tres años su operación creció ocho veces y Siigo se ha convertido en la mano derecha de 1,2 millones de empresas en la región.
“Nuestro propósito es transformar la vida de colaboradores, contadores y empresarios, siendo el aliado de su crecimiento y desarrollo, entendiendo las necesidades y expectativas de las pequeñas y medianas empresas en el mercado y facilitando el acceso a las nuevas tecnologías que mejoren su competitividad”, advirtió David Ortiz, CEO de Siigo.
Para consolidar su portafolio de soluciones y responder a las necesidades de las pymes latinoamericanas en un contexto de digitalización, el directivo destacó la inversión del 20 por ciento de sus ingresos en innovación de productos, con el fin de fortalecer su ecosistema tecnológico. Adicionalmente, esta compañía se ha preocupado por generar un impacto positivo en la sociedad con su visión sostenible. En cuanto a la dimensión económica, gracias a su tecnología, más de 2 millones de hogares reciben mensualmente su pago de nómina. También genera ecosistemas de oportunidades y empleo.
En la dimensión social, entre otros logros, acompaña a entidades educativas con el programa de formación Técnico Laboral Contable y Contaduría, que beneficia a más de 1.700 estudiantes, y por medio de la Fundación ha transformado la vida de más de 16.000 jóvenes de los estratos 1 y 2 con educación e inserción laboral.
En la dimensión medioambiental, Siigo inició este año la primera medición de la huella de carbono corporativa en América Latina. La meta es alcanzar la descarbonización de sus procesos. A esto se suma la siembra de 2.318 árboles en un resguardo indígena en el Vaupés y 65 en el cerro Majuy en Tenjo, Cundinamarca. “La apuesta debe estar enfocada en brindar herramientas tecnológicas que estén al alcance de todas las empresas, sin importar su tamaño, que potencialicen desde los pequeños proveedores de materia prima hasta los comercializadores de los productos finales”, concluyó Ortiz.
*Contenido elaborado con el apoyo de Siigo.