El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de COVID-19 como pandemia. Trece días después, el 24 de marzo, Colombia inició la cuarentena obligatoria que para entonces se extendería hasta el 13 de abril del mismo año; a partir de esa fecha la Universidad Santo Tomás emprendió la adaptación de lo que se convirtió en un año que, sin duda, cambió la vida de todos debido al desasosiego, la pérdida de los seres queridos, y la transformación en la forma de habitar los espacios, el comunicarse, estudiar y trabajar.
Ha pasado un año desde aquel 24 de marzo y, junto con el cumplimiento de las actividades programadas, pese a los tropiezos propios de un terreno desconocido por todos, la Universidad Santo Tomás logró “pasar a la otra orilla”.
Los esfuerzos de la Universidad Santo Tomás para sobreponerse a la pandemia
Entre los anuncios del Gobierno Nacional, los decretos de la Alcaldía de Bogotá y la incertidumbre en todo el territorio colombiano, la Institución en cabeza de su Rector General José Gabriel Mesa Angulo, O.P., lanzó el 23 de marzo un primer comunicado a todas las sedes y seccionales donde se estipularon algunas recomendaciones tales como la continuidad de presencialidad mediada por tecnología (PMT), asegurando así el correcto desarrollo de las clases; y la puesta en marcha de mecanismos permanentes con recomendaciones de salud y seguridad en el trabajo, principalmente ante los posibles riesgos que produjera el teletrabajo.
Previo a ello, la comunidad universitaria en cumplimiento con su cronograma institucional tenía programadas las actividades del calendario académico: talleres, eventos, seminarios y simposios; adicionalmente, la Universidad Santo Tomás, el Primer Claustro Universitario del país se preparaba para celebrar sus 440 años con una serie de actividades que involucraban a todos los integrantes de la comunidad universitaria a partir del 13 de junio del 2020. Sin embargo, los planes cambiaron y en medio de una carrera contra el tiempo, la institución replanteó la manera de continuar con el desarrollo de las actividades académicas y el cumplimiento de la labor administrativa. El objetivo era claro: asegurar la continuidad del cronograma, mientras se diversificaban las estrategias académicas y se adaptaban las nuevas formas de trabajo.
En redes sociales y medios nacionales e institucionales se leían los mensajes sobre el lavado de manos, mantener la distancia y la necesidad de protegerse y de cuidar a los demás. Mientras tanto, y usando los hashtags #ViveSantotoEnCasa y #LaSantotoNoSeDetiene, todos los departamentos, institutos, divisiones, facultades y dependencias administrativas de la Santo Tomás, continuaron con la ejecución de las actividades programadas; y desde un trabajo responsable, creativo, solidario y humanista, inicio la puesta en marcha de nuevos escenarios de aprendizaje.
Con campañas como la Solidaridad Tomasina y #YoTeApoyoTomasino, se auxilió el fondo de becas para estudiantes de la Universidad, que otorgó el 25% sobre el valor de todas las matrículas para pregrado y posgrado, se otorgaron más de 2000 bonos de alimentación y conexión a internet, y se apoyó a varios estudiantes, colaboradores y docentes con el préstamo de computadores. Además, cada inicio de semana se promovieron actividades deportivas y culturales con el objetivo de promover el cuidado físico y de la salud mental de quienes trabajan en casa.
Además, desde la Universidad Santo Tomás se adelantaron diversos procesos de investigación para apoyar la uparación de situaciones ocasionadas por la pandemia, lo cual contribuyó a que se ubicara en el segundo puesto a nivel nacional del Observatory on Academic Ranking and Excellence, consolidándose como una institución generadora de conocimiento innovador y fue reconocida por segunda vez como una de las universidades más importantes de Latinoamérica, según Times Higher Education.
Una celebración desde casa en la Universidad Santo Tomás
La ‘Santoto’ celebró sus 440 años con actividades que superaron las expectativas, gracias a la participación constante de toda la familia tomasina en cada uno de los retos propuestos para cada mes.
El mensajero llegó del futuro para recordar que la Santo Tomás se prepara para la reacreditación multicampus; docentes y estudiantes procuraron la mejor forma para la realización de las clases; se dedicó un gran esfuerzo hacia el cuidado del medio ambiente con la iniciativa Botellitas de Amor; los estudiantes recibieron su título profesional en ceremonias de grado virtuales y presenciales; también hubo espacio para reflexionar sobre el tiempo de transformación y, al mismo tiempo, se brindó acompañamiento espiritual.
Desde el inicio de la pandemia hasta hoy, y anticipándose a los días que se avecinan, la Universidad Santo Tomás ha logrado adaptarse al cambio. Tras este periodo de aprendizaje la Universidad continúa aunando esfuerzos que se materializan en la adaptación de la infraestructura física y tecnológica y de esta manera continuar consolidando su aporte al desarrollo del país bajo la premisa de cuidar y no bajar la guardia.