La pandemia ha llevado a muchas ciudades a repensar su diseño debido a que sus habitantes deben mantenerse en sus casas y moverse solo a áreas cercanas. Este enfoque se ha hecho popular últimamente con la propuesta de la recién reelegida alcaldesa de París, Anne Hidalgo, de implementar un sistema de ciudad más sostenible desde el modelo de ‘Ciudades de 15 minutos’. La iniciativa consiste en posibilitar que un ciudadano pueda desplazarse, a pie o en bicicleta, en un tiempo máximo de 15 minutos alrededor de un perímetro, para satisfacer sus necesidades básicas relacionadas con vivienda, trabajo, abastecimiento, educación, salud y ocio.
París no es la primera en adoptar un modelo hiperlocal. Según el World Economic Forum, Melbourne está probando un enfoque de ‘Barrios de 20 minutos’ y Milán está poniendo en marcha un piloto de 15 minutos en el área de Lazzaretto.
Un modelo propio
En Colombia, este concepto se conoce como ‘Ciudades dentro de la ciudad’. Según Roberto Moreno, presidente de Amarilo, se trata de un modelo de urbanismo organizado e integral que crea entornos sostenibles, seguros e inclusivos con los que se mejora la calidad de vida de sus habitantes. Además de vivienda, las familias cuentan a su alrededor con servicios complementarios como comercio, vías, instituciones educativas, estación de Policía, entidades de salud y espacios de recreación.
Estos macroproyectos, asegura Rafael Obregón, asesor en diseño urbano de la constructora Amarilo, demostraron, cómo una ciudad dividida en sectores autosuficientes es más grata y eficiente que una de gran tamaño y monocéntrica. “La mezcla de usos y lugares de empleo a distancia corta de la vivienda reduce la necesidad de moverse en transporte público o privado, lo que no solo representa un ahorro en tiempo, sino que genera un tipo de vida más amable”, complementa.
Amarilo ha liderado hasta el momento ocho grandes desarrollos en cinco regiones del país: Lagos de Torca, en Bogotá; Alameda del Río, en Barranquilla; San Antonio, en Soledad (Atlántico); Parque Heredia, en Cartagena; Hacienda Rosablanca, en Villavicencio; Hacienda Casablanca, en Madrid (Cundinamarca); Hacienda Santa Cruz, en Ibagué, y Ciudad Verde, en Soacha (Cundinamarca).
Ciudad Verde fue el primero que desarrolló la constructora en el país. “Buscábamos hacer la diferencia en la calidad de vida de los ciudadanos, tanto que le apostamos a trabajar en una legislación que facilitara la construcción de macroproyectos”, agrega Obregón. Comenzó a gestarse como idea urbanística en 2007 y se inauguró cinco años más tarde. Cuenta con 328 hectáreas de terreno, 57 hectáreas parques y zonas verdes, 9 kilómetros de ciclorrutas y 52.300 viviendas.
Con el fin de hacer viable este modelo, los esfuerzos del sector público y el sector privado deben unificarse, para que el primero se encargue del diseño y construcción del urbanismo, y el segundo, de la edificación de los inmuebles. “Hemos liderado un trabajo conjunto con las administraciones locales, para lograr la habilitación del suelo y el acceso a servicios públicos, así como alianzas estratégicas con grandes constructoras para garantizar el desarrollo de miles de viviendas y urbanismos que se contemplan en estos grandes proyectos”, agrega el presidente de Amarilo.
El Ministerio de Vivienda, en conjunto con el Departamento Nacional de Planeación (DNP), está formulando la nueva Política Nacional Urbana 4.0. “Una Ciudad 4.0 aprovecha la infraestructura productiva y de movilidad para una mejora en la capacidad de innovación y productividad con bajos costos e impactos medioambientales”, explica Camilo Quiroz, director de Espacio Urbano y Territorial del Minvivienda.
“Tal y como se plantea en el concepto de ‘Ciudades dentro de la ciudad’ o ‘Ciudades de 15 minutos’, el Ministerio de Vivienda contempla en su nueva política de Ciudades 4.0 un modelo de ocupación del territorio que apunta a un urbanismo de proximidad, centrado en el peatón y la accesibilidad”, enfatiza Quiroz.
Reactivación económica y sostenibilidad
Y es que en Colombia, contextualiza Angélica Ospina, directora técnica del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS), “se ha evidenciado que las personas prefieren no caminar más de 5 minutos o más de 400 metros para satisfacer sus necesidades esenciales, y no más de 800 metros para viajes regulares”.
En medio de esa realidad, agrega Roberto Moreno, la sostenibilidad integral del modelo de ‘Ciudades dentro de la ciudad’ se vuelve cada vez más pertinente. Así relata sus beneficios: “Son espacios de calidad para compartir en familia y en comunidad, donde se instaura una armonía y un balance entre desarrollo urbano y naturaleza, y, sin lugar a dudas, se logran fuertes lazos de comunidad”.
La directora técnica del CCCS destaca el hecho de que los macroproyectos tienen la virtud de orientarse hacia el triple principio de sostenibilidad: lo social, lo ambiental y lo económico. Sobre esto último, el presidente de Amarilo señala su importancia como motores para la reactivación “por sus aportes al avance de las ciudades, la generación de empleo y la dinamización del aparato productivo que se requiere para insumos y proceso constructivo”.
“Se ha visto cómo estos proyectos inciden en la dinámica de atracción de talento y de nuevos negocios, lo que resulta en más inversiones sostenibles. Y el trabajo por mitigar el impacto del cambio climático representa comunidades más resilientes, con mayor asequibilidad a la vivienda y con cambios de modelos económicos, que incluso llegan a considerar la expansión de la agricultura urbana y los hábitos de alimentación”, concluye Ospina.