El sábado 11 de abril Colombia recibió una lamentable noticia: la muerte del primer médico por coronavirus. Su nombre era Carlos Fabián Nieto, tenía 33 años y llevaba diez días batallando contra el virus. En un principio no tuvo ningún síntoma, pero pasados los días empeoró a tal punto que fue internado en cuidados intensivos.
Para el momento de su muerte Carlos Fabián no tenía enfermedades de base o crónicas, excepto un cuadro de hipotiroidismo. Es decir, un trastorno en el cual la glándula tiroides no produce la cantidad suficiente de ciertas hormonas cruciales y genera síntomas como cansancio, estreñimiento, dolores, piel seca, cabello sin vida y sensación de frío.
El caso de Carlos y otros pacientes fatales de la covid-19 relacionados con esta condición en Colombia y el mundo ha generado preocupación entre quienes padecen la enfermedad. Y no es para menos, pues según la Federación Internacional de la Tiroides (FIT) al menos 200 millones de personas en el mundo conviven hoy con algún trastorno de tiroides.
En Colombia las cifras no son claras, pero la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo estima que la proporción es similar a la de otros países donde ataca a casi un 4 por ciento de la población. En ese sentido, aproximadamente 2 millones de personas tendrían la enfermedad en Colombia, pero 50 por ciento de ellas no lo sabrían debido a que los síntomas pueden confundirse con facilidad.
Ante el panorama, es comprensible que muchos se pregunten si tener una enfermedad tiroidea autoinmune significa estar inmunocomprometido o en mayor riesgo de mortalidad por la covid-19. La preocupación viene porque, hasta el momento, las complicaciones de salud por este virus aumentan en las personas inmunocomprometidas, las personas mayores y aquellos con afecciones crónicas que afectan el corazón o el sistema respiratorio.
Según Roberto Franco Vega, endocrinólogo y profesor titular de la facultad de medicina de la Universidad Nacional, es muy temprano para sacar una conclusión. “La covid-19 es un virus nuevo, por lo que no tenemos mucha información sobre cómo afecta a las personas con tiroides deficiente. Sin embargo, hasta ahora no hay evidencia concreta de que esté asociada con un mayor riesgo de infecciones virales en general o con su gravedad", dice.
son los que tienen afecciones como leucemia, VIH y sida, toman medicamentos como esteroides en dosis altas, medicamentos inmunomoduladores para la artritis reumatoidea o la esclerosis múltiple, quimioterapia contra el cáncer o tras el trasplante de órganos".
Sin embargo, Franco reconoce que el hipotiroidismo puede ser leve o severo y, dependiendo de su grado, podría generar dificultades para sobreponerse a otra enfermedad. “En los casos más agudos afecta el corazón y los pulmones, y es ahí donde puede resultar fatal, pero en los casos leves, que son la mayoría, es una asociación casual. Existe la sospecha de que afecta porque suele ir acompañado de otras condiciones como la diabetes o la edad avanzada, pero aun así hoy no está claro cuál es el mecanismo”, afirma.
La sospecha viene de que, si bien el SARS-CoV afecta principalmente al sistema respiratorio, investigaciones previas hechas con el SARS muestran que un número pequeño de estos pacientes desarrollaron anormalidades en la función tiroidea. Un estudio de 2018, por ejemplo, hecho con 61 sobrevivientes de SARS encontró que casi el 7 por ciento de los pacientes tenían hipotiroidismo, y otro pequeño trabajo hecho con cinco necropsias de SARS evidenció una patología de la glándula tiroides.
El médico Carlos Fabián, quien lamentablemente murió por el coronavirus, tenía hipotiroidismo, según el informe oficial.
Los trabajos encontraron que algunos pacientes con SARS tenían niveles bajos de hormona TSH, T3 y T4, un patrón similar a los niveles de hormona tiroidea que se encuentran después de contraer el virus de Epstein-Barr (EBV) y otras infecciones virales. Sin embargo, la investigación aún es inicipiente y los científicos no han podido demostrar el vínculo con certeza.
La British Tiroyd Fundation también explica que es posible que los pacientes con una enfermedad tiroidea no controlada tengan mayor riesgo de complicaciones por cualquier infección. "Especialmente aquellos con una tiroides hiperactiva (también conocida como hipertiroidismo)", por lo que recomiendan a estos seguir tomando sus medicamentos de manera juiciosa para reducir cualquier riesgo.
Hoy no existe una cura para el hipotiroidismo y la mayoría de las personas lo sufren de por vida. Sin embargo, seguir un tratamiento constante, que implica tomar una tableta diaria de hormona tiroidea para reemplazar la tiroxina faltante, “basta para mantener controlada la enfermedad y que prácticamente desaparezca”, dice Franco.
La BTF también advierte que "un paciente infectado con covid-19 puede seguir tomando sus medicamentos antitiroideos a menos que tengan un recuento anormalmente bajo de glóbulos blancos".
Para el especialista, más allá de hacer asociaciones apresuradas, la pregunta de oro que deben hacerse los científicos y endocrinólogos es “cuántos contagiados con hipotirodismo han sobrevivido hoy a la enfermedad”.