La izquierda colombiana ha encontrado un candidato de respeto. Se puede disentir de sus ideas más no de la seriedad y el valor con que las expresa. Se trata de Gerardo Molina, ex rector de Universidad Nacional y uno de los intelectuales de mayor prestigio en el país. Su libro "Las ideas liberales en Colombia" ha sido texto obligado para quienes han pretendido conocer a fondo la historia nacional.Su campaña ha sido modesta. La falta de recursos y la edad del candidato (nacido en 1906 en un pequeño pueblo de Antioquia, lo que lo convierte en el mayor de los cuatro canditados) así lo han exigido. Claro está que la vitalidad de Molina ha sorprendido a más de uno. Al lanzar su candidatura, sus propios amigos temían por los efectos que sobre su salud podría tener el ajetreo de las giras y la tensión constante de la actividad política. Sin embargo, Molina ha demostrado que es un hombre fuerte.Paradójicamente, el curso de la campaña ha estado lleno de percances para muchos de sus principales asesores. Su esposa Blanquita, quien lo acompañó en varias de sus primeras giras, sufrió una fractura que le impidió seguir haciéndolo. En parecidas circunstancias se han visto el jurista Luis Carlos Pérez su viejo compañero de luchas (nombro a Molina vicerrector de la Universidad Nacional cuando el presidente López lo llevó a la rectoría del Alma Mater) y Diego Montaña Cuéllar, otro de sus principales asesores. En este momento los tres se encuentran enyesados.De todas formas, Molina no acostumbra hablar más de veinte minutos en sus manifestaciones. Hay, sin embargo, casos en los cuales el calor de las manifestaciones lo lleva a mantener la palabra por más de una hora, como en una reciente visita a Palmira, donde fue largamente ovacionado por los trabajadores agrícolas de la región. En muchas de estas giras, las comitivas han tenido que partir antes que el candidato para hacer en flota el recorrido que éste hace en avión.Afortunadamente para el Frente Democrático, la televisión les ha permitido la falta de oportunidades para llegar a donde llegan los otros candidatos. Y están muy esperanzados en su efecto. Gilberto Vieira secretario del partido comunista (socio mayoritario del Frente) cree que por fin, con Molina, la izquierda ha demostrado que es un movimiento de avanzada, que constituye una alternativa real al sistema bipartidista que rige los destinos del país.Buena parte de la esperanza del Frente Democrático en las presentes elecciones está cimentada más que en la posibilidad de tener cualquier opción, en la oportunidad que ellas representan de convertir a la izquierda en una salida para la crisis de los partidos tradicionales que ellos preven se presentará en un cercano futuro. Para ellos, el país asiste a un auge aparente de la competencia entre los partidos pero apenas como un desesperado coletazo para evitar su crisis.Con esa idea Molina sigue recorriendo el país y haciendo sus presentaciones en televisión (ayer lunes grabó su última intervención). Están, como dicen ellos, abriendo espacio político. ¿Pero que pasará con ese espacio cuando no esté Molina para defenderlos?COMO LA VE UN HOMBRE DE MOLINA GILBERTO VIEIRA. comunista: "La candidatura de Gerardo Molina significa ante todo un acto de afirmación político-ideológica. Se trata de mostrar que en Colombia existe un movimiento de avanzada que constituye una alternativa al sistemo bipartidista. Pero la candidatura tiena importancia para el porvenir más que para el próximo 30 de mayo, ya que aunque asistimos a un aparente auge de la competencia entre los partidos, es previsible una gran crisis de los mismos en el próximo futuro. Con la presentación en televisión del candidato los planteamientos avanzados de la izquierda han podido llegar a miles de colombianos que antes no tenían posibilidad de conocerlos por nuestras limitaciones en el acceso a los medios de comunicación. De allí la importancia de la candidatura de Molina".El problema es saber si el precio de ese acto resulta inofensivo o es muy riesgoso para su partido.