Este viernes 3 de diciembre, se realizó el webinar en vivo “Avanza la recuperación del río Bogotá”. En este espacio, dos expertos explicaron cuáles son las megaobras que están recuperando la cuenca, su importancia y cómo afecta a nuestra vida cotidiana.
Uno de los panelistas fue Pablo Carrizosa De Narváez, presidente de la Asociación de Usuarios del Río Bogotá (ASURÍO), y miembro del comité de verificación de la sentencia de este afluente. Carrizosa, ingeniero, se ha encargado de unir a la sociedad civil en mesas de trabajo para la protección de la cuenca y observar el cumplimiento de lo ordenado en 2014.
El segundo invitado fue Amaury Rodríguez, director operativo Fondo Inversiones Ambientales Río Bogotá - CAR Cundinamarca. Este ingeniero se ha encargado de primera mano la recuperación del río una vez que entra como aguas negras a la PTAR Salitre, luego de una serie de procesos, convirtiéndose en fuente hídrica apta para actividades agrícolas y agropecuarias.
El Webinar contó también con las intervenciones especiales de Cristiana Arango, gerente general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), quien explicó los avances en obras como la Estación Elevadora de Canoas y su importancia para la ciudad; y Henry Garay, director ejecutivo de la Corporación Ambiental Empresarial (CAEM), encargado de la articulación de empresas privadas en la protección de ecosistemas en la capital.
En primera instancia, Amaury Rodríguez explicó que es una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), una obra de ingeniería que se encarga de que “las aguas que salen de las alcantarillas y de las viviendas, es decir, aguas negras, sean sometidas a varios procesos para lograr su descontaminación. La normatividad exige que las plantas de tratamiento sean secundarias, aguas óptimas para riego”.
El ingeniero comentó que actualmente hay dos obras en marcha: la PTAR Salitre, la cual limpiará el 30% de aguas residuales de Bogotá, desde la calle 26 a la 222. La segunda, PTAR Canoas, hará el otro 70 % de la capital y el 100 % del municipio de Soacha, una megaobra que será una de las más grandes de su tipo en el mundo y tendrá una inversión de más de 4 mil millones de pesos. Actualmente, la CAR realiza la planeación plantas de este tipo para municipios como Villapinzón y Girardot.
Cabe recordar que estas acciones nacen de la sentencia del río Bogotá, emitida por el Consejo de Estado en 2014, la cual ordenó la restauración de las zonas de la ronda del afluente. “Zonas de páramo, bosques de niebla, áreas de influencia de nacimientos acuíferos y de estrellas fluviales, deberán ser adquiridos o protegidos con carácter prioritario por las autoridades ambientales, entidades territoriales y entidades administrativas de la jurisdicción correspondiente…”, cita el documento judicial.
Precisamente, Pablo Carrizosa, presidente de ASURÍO, resaltó la importancia de este momento en 2014 y cómo fue el inicio de grandes cambios en el río que ya son una realidad. El experto recordó una visita reciente a la desembocadura del río Bogotá al Magdalena, cerca del municipio de Girardot, lugar donde ya se evidencia los cambios en el afluente.
“Fue emocionante escuchar a un pescador de la zona decir “algo está pasando allí arriba, porque los últimos cinco o seis meses vemos que el río viene bajando con un color menos negro, algo más verdoso”, confesó. Carrizosa resaltó que la recuperación del río es una realidad antes pensada como imposible, y que es momento de que los municipios se pregunten: “¿Qué hacemos con un río que nunca habíamos utilizado?”.
Una de las intervenciones especiales del Webinar fue Cristina Arango, gerente general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), quien explicó que sanear el río Bogotá es uno de los principales objetivos de la ciudad y de la entidad ambiental. Una de las obras clave para esto es la Estación Elevadora de Canoas, la cual se encargaría de entregar las aguas residuales a la PTAR Canoas para su tratamiento.
Otra de las intervenciones fue la de Henry Garay, director ejecutivo de la Corporación Ambiental Empresarial (CAEM), quien comparó la actualidad del afluente con la del río Támesis, Reino Unido. “En el siglo XIX y primera mitad del XX, la ciudad de Londres era una de las más contaminadas del mundo. Cuando se tomó la decisión de recuperar el río, que eran aguas negras muy similares al río Bogotá, nadie se lo creyó”, resaltó Garay, enfatizando en el gran trabajo de la CAR con PTAR Salitre.
Por último, Rodríguez y Carrizosa hicieron un llamado a todos los habitantes de la cuenca a apropiarse del río Bogotá y entender que su descontaminación es una realidad, pero que requiere el apoyo de todos. “La CAR puede invertir muchos recursos, tenemos recursos hasta 2049 para construir PTAR Canoas. Pero no será suficiente si está apreciación ciudadana se materializa cada día más”, resaltó Amaury Rodríguez, director operativo Fondo Inversiones Ambientales Río Bogotá -CAR.
“El cambio de chip es necesario. No podemos seguir pensando que evitando nuestras responsabilidades si vamos a dar un mejor futuro a nuestros hijos y nietos. Tenemos que hacer un cambio radical”, enfatizó Pablo Carrizosa, quien invitó a reflexionar qué acciones podemos hacer para ayudar al río.
Por último, los dos ingenieros coincidieron en su visión de cómo será el río Bogotá para el año 2030: con políticas claras sobre qué hacer con el afluente, un ejemplo a nivel internacional en materia de saneamiento, ecoturismo, completamente descontaminado y que todos los habitantes de la cuenca estén apropiados y concientizados sobre el río Bogotá.