El concepto tradicional de hotel está ligado a una infraestructura grande: habitación, baño privado y amplios lugares comunes. Pretende imitar una casa con muchas habitaciones. Sin embargo, una tendencia que ya ha avanzado en el nivel internacional toma fuerza en Colombia: hoteles en cápsula. El concepto reinventa el espacio: ahora se trata de ofrecer un lugar para dormir y ya. No cuenta con mayores lujos, aunque compacta en el espacio las necesidades del usuario. En Japón ya forman parte de la cotidianidad, como otras tendencias que se han venido popularizando. Este es el caso de los microapartamentos, espacios que optimizan las necesidades de una casa en pocos metros cuadrados. La cápsula sintetiza la función principal de un hotel: dormir. Este espacio privado tiene una cama y conexiones a internet. Es un lugar sencillo, práctico y económico. Por ello ofrece a los viajeros una opción interesante: más barata que un hotel y más cómoda que un hostal.

En Colombia ya avanza un proyecto de hoteles en cápsulas en el sector de Kennedy, en Bogotá: CAPS Future Rooms. Álvaro Ovalle, fundador y CEO de esta empresa, explica que la idea nació cuando descubrió una ausencia en el mercado. “Hay una brecha grandísima entre el hotel y el hostal, y en medio no hay nada que dignifique al cliente”, explica Ovalle. El modelo de negocio, dice Ovalle, se basa en minimizar los costos y gastos para la empresa y por ende para el usuario. En últimas es el negocio que todos buscan: menor costo y un mayor margen de ganancias. Trabajan con el modelo de franquicias. Ya vendieron una en Medellín, que esperan que esté operativa antes de que el año termine. Ovalle cuenta con vender más franquicias en los próximos días. El hotel Hay dos modelos de cápsulas unipersonales: estándar y VIP. La primera tiene 85 centímetros de ancho por 85 centímetros de alto y 2 metros de largo. El tamaño de una cama sencilla con techo. La segunda tiene 1 metro de ancho por 1 metro de alto y 2 metros de largo. Las habitaciones VIP cuentan con una repisa, ventilador y una tablet. El costo por noche oscila entre los $25.000 y los $35.000. En total 22 habitaciones, 18 estándar y 4 VIP, entraron en funcionamiento justo antes del comienzo de la cuarentena. Pese a las circunstancias actuales han podido funcionar a un 10% para mantener todas las medidas de bioseguridad. Para contrarrestar el pequeño espacio de los dormitorios, el hotel cuenta con espacios comunes como lobby, sala de televisión, cafetería, bar y baños. Así mismo, hay casilleros en los que los visitantes puedan dejar sus maletas. “Pese a que es un espacio pequeño, las instalaciones son de muy alta calidad y muy cómodas”, afirma Ovalle. El hotel tiene en total 145 metros cuadrados, suficientes para albergar 22 personas. En una ocupación de 65%, podría facturar mensualmente $11 millones. Una cifra más que suficiente, teniendo en cuenta que construirlo solo costó $145 millones.

Las habitaciones quedan separadas de las demás por 15 centímetros de materiales que brindan una insonorización parcial. Las ventajas Este tipo de hoteles no representan una opción para todos. En su público objetivo se encuentran los clientes que buscan espacios cómodos y baratos, como los millennials. Para ellos, esta opción significa una serie de beneficios, como la localización estratégica.

Al no necesitar grandes espacios los empresarios pueden encontrar sitios para construir en puntos cruciales. Dentro de su estrategia, tienen consideradas locaciones que encajen con un público objetivo diferente como turistas, empresarios o estudiantes. El bajo precio, gracias al espacio pequeño y su construcción más económica, repercuten en el precio final. Ovalle resalta comodidad y dignificación de la experiencia como algunas de las ventajas. “La comodidad puede compararse con la de un hotel cuatro estrellas”, afirma. La empresa está pensando en construir cápsulas bipersonales. Una decisión que surge de las observaciones que le han hecho personas allegadas e inversionistas que han planteado esta necesidad. Así como dignificar la experiencia de un usuario ofrece una ventaja, es también la promesa de servicio de CAPS Future Rooms, pues los recursos no deberían ser un obstáculo para tener una buena experiencia.

Él entiende la resistencia de un contexto acostumbrado a espacios tradicionales y a hacer del hotel parte de la experiencia de viaje. Sin embargo, Ovalle cree que la gente eventualmente le dará la razón, pues el mercado ha ignorado este nicho. Si bien el coronavirus afectará el turismo, Ovalle prevé que a ellos no les causará un gran perjuicio, pues tienen costos operativos bajos y una pequeña capacidad.