En las últimas semanas el dólar ha vuelto a repuntar y retornó la volatilidad a los mercados financieros. Luego de un período de relativa tranquilidad en la divisa y euforia en las bolsas ante las noticias de una posible vacuna, el temor parece haber regresado. La tasa de cambio alcanzó a negociarse cerca de $3.900 la semana anterior, luego de moverse alrededor de $3.700 en el mes previo. Un aumento ante los temores por el rebrote del virus en algunas regiones (sobre todo en Europa) que puedan llevar a nuevas medidas de confinamiento que desacelerarían la recuperación. Sin embargo, un factor podría comenzar a tener mayor incidencia en las próximas semanas con más volatilidad para los mercados y el dólar: las elecciones en Estados Unidos. Para Felipe Campos, gerente de Investigaciones Económicas de Alianza Valores, cerrado el capítulo de la FED –motor de la gran liquidez para la recuperación de los mercados– los inversionistas han comenzado a fijarse en otros factores. Entre estos, los rebrotes y, por supuesto, las elecciones, que incluyen discusiones como el conflicto con China, la política fiscal y hasta la llegada de la vacuna. Le puede interesar: Principales verificaciones del primer debate presidencial en EE. UU. Incluso analistas como Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa, no descarta que el dólar en Colombia puede volver a niveles de $4.000, cotización vista en marzo y abril. “No solo hay un cierto retroceso de esas noticias positivas, sino que está el riesgo de nuevos confinamientos y una menor monetización de divisas del Gobierno”, afirma. Y el crédito con el FMI no altera del plan financiero para este año. Además, el dólar es un resguardo ante la incertidumbre sobre quién va a ganar las elecciones. Joe Biden ha liderado las encuestas pero Trump viene recortando la ventaja. Sin duda, el resultado de estas elecciones será determinante para los mercados financieros.
¿Y si gana Trump? Fuera de Estados Unidos el presidente norteamericano despierta gran temor, pero es el favorito de Wall Street. En efecto, los activos estadounidenses han presentado un comportamiento bastante favorable durante su presidencia y el efecto económico de sus medidas fue positivo en términos relativos hasta antes de la pandemia. La llegada y el manejo de la covid-19 le complicaron el panorama. Estados Unidos es el país con más contagios y muertes. Lea también: Biden: no se puede manejar la economía si no se controla la covid-19 Trump es un presidente promercados que tiene en el top de sus políticas el buen desempeño de los índices bursátiles y que brindó incentivos tributarios enormes a las empresas, explica Campos. Agrega que este gobierno redujo los impuestos corporativos de 35% a 21%, lo que aumentó considerablemente las perspectivas sobre las utilidades de las compañías estadounidenses. Esa ha sido una de las razones del buen desempeño de los mercados accionarios estadounidenses. En contraste, el candidato demócrata tiene entre sus políticas bandera imponer más impuestos para las empresas y las personas de altos ingresos. Biden prometió “gravar más a los ricos” por ejemplo al incrementar la tasa sobre ingresos corporativos de 21% a 28% e imponer un mayor impuesto sobre la nómina para ingresos superiores a US$400.000, entre otros muchos temas que destaca Davivienda Corredores en un informe. Además, su candidata a vicepresidente, Kamala Harris, ha dicho que buscarán regular las redes y monopolios, lo que podría tener efectos sobre los mercados financieros. Por esto, si Trump gana, podría mantenerse el rally de las acciones y un descenso del dólar, con lo que los activos financieros terminarían bien el año, aunque toca esperar qué pasará con el avance de la covid-19. Si Biden gana y cumple su promesa de subir los impuestos, las acciones podrían ajustarse y el dólar podría comenzar a perder terreno a nivel mundial. Le recomendamos: Así son los aportes a las campañas de Biden y Trump en EE. UU. Sin embargo, todo esto es cierto a corto plazo y es solo la perspectiva desde el punto de vista del retorno de los mercados financieros. No necesariamente eso es lo mejor para el mundo y para enfrentar los desafíos globales. A largo plazo, el gobierno Trump ha presentado desafíos importantes en el frente fiscal y externo.
Será en todo caso un fin de año bastante volátil para el dólar, pues durante los próximos meses también se conocerán los resultados de varias vacunas y el avance de la covid-19. La incertidumbre aún es elevada y a largo plazo podría haber una historia distinta. Campos ha insistido que, luego de casi una década de repunte de la economía norteamericana, habrá un cambio de tendencia a largo plazo del dólar. Ese cambio en el ciclo económico hará que los capitales comiencen a venir hacia los activos emergentes, lo cual podría llevar al dólar a la baja en Colombia con niveles entre $3.000-$3.400 y provocar un rally en el mercado de acciones local. Campos considera, sin embargo, que faltan un par de meses para este cambio de tendencia. Por ahora, con un periodo de volatilidad preelectoral, muchos inversionistas de activos que tienen una correlación negativa con el dólar, como el euro, el petróleo y las acciones en Estados Unidos, podrían aprovechar para tomar ganancias. Eso hará que el dólar tenga un sesgo alcista hasta las elecciones.