*Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana. El nivel de desechos que se producen en el mundo se ha acelerado en los últimos años de forma preocupante. Esta crisis mundial por la basura ha tomado muchas caras y se ha hecho visible, por ejemplo, a través de las impactantes imágenes de islas asfixiadas en desechos. De hecho, el más reciente informe del Banco Mundial sobre este tema, reveló que en el planeta se producen 2.010 millones de toneladas anuales de residuos, de desechos sólidos. De estos, al menos 33 por ciento no son tratados.
En el planeta se producen 2.010 millones de toneladas anuales de residuos. Foto: Vladimir Zivojinovic / AFP. Por estas cifras, la organización concluyó que en los próximos 30 años es probable que estos materiales aumenten hasta en un 70 por ciento. Colombia no dista de esta situación. De acuerdo con las cifras del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en el país se generan cerca de 12 millones de toneladas de basura al año. De estas, solo se recicla en promedio un 17 por ciento. El periódico Doña Juana, en su edición número 19, reveló que en la ciudad de Bogotá se genera más de un kilo de basura por habitante al día. Esto corresponde a unas 10.000 toneladas diarias. "De esta cifra se reutiliza una parte por la industria, los recicladores recogen unas 1.500 toneladas al día, infortunadamente más de 300 van a parar en la calle, la alcantarilla, la ronda de las quebradas, canales, ríos, zonas verdes”, menciona el diario al respecto. Le recomendamos: ¿Dónde botar los medicamentos y sus empaques para no afectar los ecosistemas? Para regenerar los suelos y contrarrestar esta situación, se proponen alternativas como la diversificación de los cultivos y el compostaje: la descomposición controlada de materia orgánica que da como resultado un material que puede ser aprovechado por el suelo y por los vegetales. Esta práctica, que se puede hacer en los hogares, contribuye a que los residuos que se generan en el día a día se transformen y no terminen en los rellenos sanitarios, evitando así su colapso. Paso a paso De acuerdo con Catalina Romero, médica veterinaria de la Universidad de la Salle, con especialización en Sostenibilidad Ética y Educación Ambiental de la Universidad del Bosque, un posgrado en derecho ambiental de la Universidad Externado y un un posgrado en bioética de la Universidad del Bosque, “es importante que desde el hogar, las personas puedan aprender a consumir y a manejar estos desechos que se producen de manera responsable”. Le puede interesar: Recuperación del río Bogotá, un modelo en el manejo del ordenamiento territorial Por eso, desde hace ya varios años ha realizado esta proceso en una finca en la que, además, desarrolla ganadería sostenible. Durante la pandemia, y luego de perfeccionar sus conocimientos en compostaje, decidió llevarlo a cabo también en su casa en Bogotá. “Entendí que también era necesaria esta labor en nuestro hogar, sobre todo porque tiene un impacto realmente positivo en los suelos, en el medioambiente”, explica. Le sugerimos: Navegantes, el proyecto con el que jóvenes protegen y defienden el río Bogotá Así, en su hogar, y en compañía de su familia, ha implementado esta labor que le ha permitido abonar sus plantas. Este proceso lo resume y explica en cinco pasos: 1. Cambio de conciencia Para Romero, es vital que la actividad nazca desde el consumo responsable. “Todo empieza con las compras. Cuando empiezas a tener conciencia ambiental, también empiezas a pensar qué es lo que vas a consumir para ver qué puedes reutilizar, reciclar y compostar”. 2. Recolecta del material Los elementos adecuados para esta actividad, explica Romero, son los vegetales orgánicos como las cáscaras de los alimentos, pedazos de frutas, pepas y los bagazos. "Otros residuos como el cuncho del café y la cáscara de huevo también pueden funcionar muy bien", dice. En este paso, es importante resaltar que no se puede compostar ningún alimento cocinado, tampoco desechos animales ya que estos podrían atraer insectos y roedores, además de generar malos olores.
Foto: cortesía Catalina Romero. 3. Picado Una vez se ha hecho la separación de los residuos, todos estos materiales, que se convierten en materia prima, deben ser picados en pequeños pedazos, para luego ser puestos en un recipiente recolector. “Debes hacer cortes finos, pequeños. Yo tengo una caja de compostaje y en ellas cargo unas tijeras. Allí voy picando las cáscaras y lo que vamos obteniendo de nuestro consumo. Lo que hay que buscar es que el producto tenga el mayor contacto con el oxígeno, para que se oxide rápido y el proceso sea rápido”.
Foto: cortesía Catalina Romero. 4. La "lasaña” Después de picarlos, Romero pone estos residuos en una caneca que ha dispuesto para esta labor. “En la base del recipiente pongo una capa de tierra y voy echando mi compostaje. Luego vuelvo a echar otra capa de tierra y así. También puedo incluir una capa de hojas secas, por ejemplo. Va quedando algo así como una lasaña”.
Foto: cortesía Catalina Romero. 5. Vigilancia y resultado Inmediatamente después de poner la última capa de tierra, la caneca puede cerrarse con el fin de evitar algún olor. "Luego, cada semana revuelvo un poco la caneca con ayuda de una pala de jardín. Como el proceso que realiza es a muy pequeña escala, en un mes o dos meses ya obtengo el compostaje. Es importante que todo quede picado para que el proceso sea rápido". El resultado, dice Romero, es una tierra que, además de ser rica para sus plantas pues les aporta nutrientes para su desarrollo, "huele delicioso”.