Las nuevas enfermedades y epidemias, la esclavitud y la guerra introducidas por los españoles y portugueses durante la época de la conquista, causaron que miles de indígenas tomaran la decisión de aislarse de por vida en lo más profundo de la selva. Son llamados pueblos indígenas en aislamiento, los habitantes ocultos de la selva. El informe inicial del Grupo Internacional para la Protección a Pueblos en Aislamiento y Contacto Inicial dijo que en Suramérica hay indicios de la presencia de 119 de estos grupos, de los cuales 66 ya fueron confirmados, dos de ellos en Colombia: los yuri y passé del Parque Nacional Natural Puré, en el departamento del Amazonas. Le puede interesar: LOS AISLADOS: TRIBUS INDÍGENAS DE LA AMAZONIA COLOMBIANA SIN CONTACTO CON EL MUNDO Los misioneros evangélicos, la deforestación y la minería ilegal tienen a estos indígenas cada vez más acorralados. A su alto grado de vulnerabilidad se suman los incendios forestales que se acercan peligrosamente a sus territorios sagrados y vírgenes.

El incremento en los incendios de Brasil, Bolivia y Paraguay tiene en aprietos a los indígenas en aislamiento. Foto: Esteban Barrera. Así lo denuncian más de 20 organizaciones indígenas y de la sociedad civil que forman parte del grupo de trabajo internacional sobre los pueblos en situación de aislamiento y contacto inicial en la Amazonia, el Gran Chaco y Cerrado brasileiro, quienes lanzaron un SOS por la amenaza que representan los incendios y la deforestación para las etnias de Bolivia, Brasil y Paraguay. “Durante 2019, estas regiones sufrieron dramáticos incrementos en las tasas de incidencia de incendios forestales y deforestación, escenario que en 2020 comienza a repetirse a medida que las llamas se extienden de nuevo por la Amazonia y el Gran Chaco Americano. Esta situación agrava la condición de vulnerabilidad extrema en la que se encuentran los aislados, pues los incendios y destrucción del bosque acaban con su hogar”, cita un informe trinacional de las organizaciones. Antenor Vaz, autor principal del informe y consultor de la organización Land is Life, aseguró que la vida cotidiana de los pueblos indígenas en aislamiento está marcada por numerosas amenazas que los ponen, en su gran mayoría, en una situación de fuga permanente y desesperación. “El aumento voraz de los incendios forestales y la deforestación los pone en una posición de vulnerabilidad que es cada vez más extrema”.

Las selvas de Brasil sucumben ante los incendios, la deforestación y el nulo apoto estatal. Foto: Emilio Chong. Vaz, varios colegas de Brasil, Bolivia y Paraguay y diversos pueblos indígenas, analizaron mediante mapas, información georreferenciada y testimonios directos, los graves acontecimientos ocurridos durante 2019 en vastas regiones de la Amazonia, el Gran Chaco Americano y el Cerrado Brasileño.  Le puede interesar: “Vuelvan a la chagra”: recomendaciones a los indígenas para evitar el covid-19 Los expertos estudiaron un total de 99 territorios indígenas con registros de pueblos en aislamiento en Bolivia, Brasil y Paraguay, donde se constató un vertiginoso aumento de los focos de calor en 2019 con relacio´n a 2018: 258 por ciento en Bolivia, 259 por ciento en Brasil y 185 por ciento en Paraguay.  “Asimismo, las fuentes de calor detectadas durante 2019 en las 32 a´reas protegidas con presencia de pueblos indígenas en aislamiento, aumentaron en un 744,3 por ciento en Bolivia, 347,8 por ciento en Brasil y 44,1 por ciento en Paraguay”, dice el informe.

Los indígenas se están quedando sin hogar por causa de los incendios y la deforestación. Foto: Esteban Barrera. Según Vaz, en 2019 los pueblos indígenas aislados de Bolivia, Brasil y Paraguay fueron sometidos a una ola de incendios y deforestación sin precedentes en sus territorios, “lo que exige soluciones imposibles que deben ser abordadas solamente bajo el enfoque de las normativas locales e internacionales establecidas para pueblos indígenas”. El informe también destaca que el común denominador en el origen del incremento de los fuegos forestales es la acción humana, impulsada por situaciones tales como prácticas expansivas de los agronegocios y de las industrias extractivas. A esto se suma la falta de marcos regulatorios efectivos para la protección de los pueblos indígenas aislados. Le puede interesar: Responsabilizan a colonia religiosa menonita de talar 7.500 hectáreas de selva en la Amazonia “La pérdida territorial ocasionada por la deforestación y los incendios provoca que las personas se desplacen en busca de lugares más seguros, pero trae consigo otros peligros como el acercamiento involuntario a poblaciones vecinas y posibles contagios de enfermedades. La situación se complica aún más con la presencia de la covid-19, cuyo crecimiento exponencial pone en grave riesgo la existencia de estos pueblos”, concluye el informe.

La Amazonia boliviana arde por el fuego. Foto: Esteban Barrera. Los tres países En Bolivia, los expertos encontraron que el Estado promueve la expansión de la frontera agricola sin el debido acompañamiento de una política de conservación. “Existe un paquete de normas incendiarias que promueven la expansión de los agronegocios y la frontera agrícola mecanizada sin considerar los efectos negativos que esta tiene sobre los pueblos indígenas y el ambiente. Por eso, los incendios son cada vez más agresivos”, dijo Adamo Cusi, representante del pueblo Tacana II. Le puede interesar: Destruyen frente minero en territorio de indígenas aislados del Amazonas Según el informe, en Bolivia se detectaron 6,4 millones de hectáreas quemadas en 2019, con una ocurrencia en tierras bajas del 94 por ciento, la mayoría en los departamentos de Santa Cruz y Beni, ubicados en la cuenca del Amazonia boliviana.  “En ese mismo año, 36 territorios indígenas en Bolivia fueron afectados por incendios forestales, con un total de 226,714 hectáreas quemadas. Los incendios ocurridos en 2019 superaron los registros históricos desde 2010, y toda respuesta efectiva fue desbordada. En dos zonas de reserva absoluta para los grupos aislados y 16 territorios indígenas y campesinos con registros de pueblos aislados, se presentaron 36.034 focos de calor”.

La selva boliviana palidece a pasos agigantados por los incendios forestales. Foto: Esteban Barrera. En el caso de Brasil, el informe advierte que la articulación criminal de diversos grupos de productores para desmantelar grandes extensiones de selva, crean incendios forestales e incrementan la frontera agrícola como una forma de continuar con la expansión de agronegocios y de industrias extractivas.  “El gobierno del presidente Jair Bolsonaro, desde su inicio, se ha mostrado favorable a la apertura de las selvas amazónicas a diversas formas de explotación y extracción de recursos. Para el Estado y los productores, arrasar la selva es una forma de desarrollo, mientras pueblos indígenas se han organizado y constituido equipos de bomberos que luchan por proteger las selvas que son su hogar”, destacó Kleber Karipuna, líder indígena del pueblo karipuna. La tasa de fuego activo total en tierras con registros de pueblos indígenas en aislamiento en Brasil fue de 31.438 focos. La zona con mayor densidad de incendios fue Inawebohona, ubicada en el Tocantins, con más de 8.199 focos.

Brasil es el país más afectado por la deforestación y los incendios. Foto: Emilio Chong. “Teniendo en cuenta que los pueblos en aislamiento dependen de los recursos naturales existentes en sus territorios, el avance del fuego y el impacto negativo sobre las especies nativas es preocupante. La incidencia de llamas trae la presencia de equipos de fuerzas de combate no preparadas para lidiar con el avistamiento de estos indígenas. Estas ocurrencias pueden potenciar situaciones de contacto, contagios de enfermedades y violencia”, concluyó el informe. Le puede interesar: Incendios de la Amazonia ponen en riesgo las tribus indígenas sin contacto con el mundo En Paraguay, los daños para la biodiversidad regional son graves y hasta irreversibles. “Dichos daños oscilan entre la extinción y el quiebre de la dinámica de las diferentes poblaciones de fauna; la composición de los ensambles de flora y la degradación de la calidad de los hábitats locales.”   Esto impacta considerablemente a los grupos aislados, ya que hay una ruptura del equilibrio en la relación con la naturaleza y una pérdida de territorio. “El desplazamiento representa mayores riesgos para los aislados que ahora deben buscar otras áreas dónde refugiarse en un territorio con menos bosques”.

Los bosques de Paraguay también desaparecen por las llamas. Foto: Miguel Ángel Alarcón. Recomendaciones El informe trinacional de incendios y deforestación en territorios con registros de pueblos indígenas aislados, incluye una serie de recomendaciones para que estas etnias no incrementen aún más su vulnerabilidad: Fortalecer y formar brigadas indígenas de combate y prevención de incendios Fortalecer los mecanismos de autoprotección territorial, como los guardianes del bosque Que los estados boliviano, brasileño y paraguayo establezcan un régimen de emergencia, y en cooperación con organizaciones indígenas y afines, programas preventivos, de monitoreo y de extinción de incendios  Constituir un grupo de trabajo que defina y desarrolle un plan de protección de territorios con registro de pueblos indígenas aislados, con el fin de remover a los invasores  Elaborar planes de prevención de incendios para 2020, que consideren los registros de aislados en esta región transfronteriza de América del Sur Que las Cámaras Legislativas de Bolivia, Brasil y Paraguay legislen una propuesta de una política nacional de manejo integrado de incendios que incluya un plan en la Amazonia, el Gran Chaco y Cerrado