No cesan el maltrato y la crueldad contra la fauna colombiana. El fin de semana pasado, varios ciudadanos del archipiélago de San Andrés reportaron la presencia de una tortuga carey adulta en el sector de Sound Bay, especie que posiblemente llegó a desovar en la zona. Según la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina), una ciudadana liberó al imponente reptil en las aguas del océano Atlántico. Sin embargo, horas más tarde, cuando las autoridades ambientales y policivas de la isla inspeccionaban la zona, se encontraron con un panorama dantesco. Le puede interesar: Más de la mitad de las tortugas en el mundo está en peligro de extinción La tortuga carey fue encontrada en la playa de Ginny Bay, en Ground Road, con varias heridas producidas con arma corto punzante (arma blanca) causadas por algunos habitantes que pretendían sacrificarla, hallazgo que causó el rechazo de la corporación ambiental.
La tortuga carey se salvó luego de una cirugía en su traquea. Foto: Asocars. Profesionales de Coralina iniciaron el protocolo de rescate y reanimación de la tortuga, que contaba con varias lesiones en su cuerpo, en especial en la tráquea. Fue sometida a una intervención quirúrgica que contó con la asesoría virtual de un grupo de expertos y organizaciones ambientalistas. Le puede interesar: ESPECIAL: Ojos indígenas velan por la tortuga charapa en la Amazonia “Finalizada la operación y por recomendaciones de los conocedores del tema en tortugas, la tortuga fue liberarla cerca del Parque Natural Regional Johnny Cay. Sin embargo, su futuro es incierto, no sabemos si pueda sobrevivir o alcanzar a llegar a un sitio seguro para su desove”, dijo Arne Britton, director general de Coralina. Britton recalcó que la caza y pesca ilegal, que incluyen especies protegidas por la ley como las tortugas marinas, son consideradas delitos. “La corporación, a través de la coordinación de educación ambiental, viene realizando año tras año trabajos con jóvenes en diferentes instituciones educativas para socializar la importancia de nuestras especies, entre ellas las tortugas, manifestándoles que su existencia está en peligro y se encuentra en extinción”.
La carey fue liberada en un área protegida del archipiélago. Foto: Coralina. La tortuga carey es una especie clasificada en peligro crítico de extinción según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. “Nos encontramos en la época de anidación de la carey, estipulada entre mayo y noviembre, por lo cual se le recomienda a la comunidad que en caso de avistar tortugas o huevos, de aviso a la línea 123. La manipulación de la fauna silvestre está catalogada como delito ambiental y acarrea sanciones pecuniarias”, apuntó Britton. Rechazo nacional La Asociación de Corporaciones Autónomas Regionales (Asocars), entidad que representa y articula a las autoridades ambientales del país, rechazó el acto de crueldad contra la fauna silvestre e hizo un llamado a la comunidad para que proteja a las especies. “Esta tortuga sólo buscaba desovar. El trabajo articulado con la fuerzas pública y la comunidad debe continuar para lograr generar conciencia sobre la importancia de proteger nuestra fauna silvestre y no permitir que estos actos de crueldad se sigan presentando. Tenemos que aunar esfuerzos para que el tráfico de fauna desaparezca y los culpables de estos delitos sean castigados”, dijo Ramón Leal Leal, director ejecutivo de Asocars.
Entre mayo y noviembre, la tortuga carey anida en varias zonas del Caribe colombiano. Foto: PNN. Leal informó que la situación frente al estado de la tortuga carey es apremiante. “No es un secreto que las condiciones actuales de las playas donde arriban las tortugas carey (Eretmochelys imbricata) no son las más adecuadas. Esto sigue siendo un reto, incluso para un país que diseña políticas públicas exclusivas para la conservación y cuidado de la fauna marina”. Según datos de las CAR, de los animales que han recibido en 2020 en los centros de atención y valoración de fauna, 55 por ciento corresponde a reptiles, 30 por ciento a aves y 16 por ciento a mamíferos. Parques Nacionales Naturales (PNN) aseguró que las tortugas marinas, como la carey, han sido cazadas por muchos años para satisfacer necesidades y deseos de las poblaciones. “Esta especie se encuentra día a día en constante peligro sea por su caza o por el uso de sus ambientes naturales para la construcción de lugares de recreación y diversión humana”.
La tortuga carey está cada vez más cerca a la extinción. Foto: PNN. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) recopiló información en 58 países con resultados preocupantes sobre las condiciones de la tortuga carey. “Los monitoreos realizados en playas de todo el mundo muestran una tendencia progresiva al descenso en el número de nidadas en cada temporada y Colombia no es la excepción”, dijo Parques Naturales. Entre las principales amenazas que enfrentan las tortugas está la caza para consumo de carne y huevos y comercialización de sus partes. Tal es el caso del caparazón de la tortuga carey, utilizado en la elaboración de accesorios y artesanías. Las fogatas en las playas y la proliferación de bolsas plásticas también ponen en peligro su anidación, ya que los reptiles confunden los plásticos con medusas y se las comen, generando inanición y hasta la muerte.