* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana. Los más de ocho millones de habitantes de la capital del país son los mayores responsables del deterioro del río Bogotá, un afluente que en su paso por la ciudad recibe a diario 690 toneladas de carga contaminante, vertimientos, grasas, arenas y basuras que lo hacen agonizar. En la cuenca media, los 90 kilómetros del río sagrado de los muiscas entran en estado de coma por las inyecciones contaminantes de los ríos Tunjuelo, Fucha y Salitre, cuerpos de agua por donde fluyen las aguas residuales de los bogotanos. Le puede interesar: Cómo los ríos urbanos convirtieron un agua sagrada en cloaca En 2019, estos afluentes le aportaron 118.561 toneladas de sólidos suspendidos totales al río Bogotá, razón por la cual 73 por ciento del tramo de la cuenca media presenta una calidad hídrica catalogada como mala.
En las localidades de Usme y Ciudad Bolívar, el río Tunjuelo se ve afectado por las actividades mineras ilegales. Foto: SDA. El río Tunjuelo, el cuerpo de agua más extenso que atraviesa la capital del país, es el que más afecta al varón poderoso de la sabana. En sus 73 kilómetros recibe las aguas residuales e industriales de la población de Sumapaz, Usme, Ciudad Bolívar, Tunjuelito, Kennedy y Bosa, una mezcolanza de materia orgánica, basuras, fósforo, nitrógeno y coliformes fecales. El año pasado, el Tunjuelo le entregó 66.101 toneladas de sólidos suspendidos al río Bogotá, la cifra más alta de afluentes urbanos. En 2018 esta cantidad fue de 33.042 toneladas de residuos, es decir que su afectación prácticamente se duplicó entre los dos periodos. En su viaje por la capital, el río Tunjuelo atraviesa por sitios neurálgicos y altamente contaminantes como los frentes de explotación minera en Ciudad Bolívar y Usme, el sector de las curtiembres del barrio San Benito y los frigoríficos de la Autopista Sur, impactos que las autoridades ambientales y policivas tratan de poner en control.
La autoridad ambiental evidenció un frente de captación de agua en la localidad de Usme. Foto: SDA. En el último operativo de control y seguimiento de la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) en la localidad de Usme, la entidad evidenció un foco de contaminación por las actividades industriales de trituración y aprovechamiento de material pétreo, las cuales se adelantaban con agua captada ilegalmente del río Tunjuelo a través de electrobombas. “También encontramos una ocupación ilegal del cauce del río Tunjuelo sin los respectivos permisos, una actividad que causó una grave afectación sobre los recursos naturales. El operativo contó con el apoyo de la Alcaldía Local de Usme, el grupo de Carabineros de la Policía y el Ejército Nacional”, dijo la secretaria de Ambiente Carolina Urrutia. Le puede interesar: Tres personas capturadas por quemas a cielo abierto en la ronda del río Bogotá Según Urrutia, en este punto del sur de la ciudad el agua del río Tunjuelo era utilizada para humedecer el material rocoso para la trituración y generación de agregados, acción que genera aguas residuales no domésticas con alto contenido de sólidos que producen cambios en la calidad físico-química y la dinámica del afluente.
Las actividades de trituración y aprovechamiento de material pétreo afectan la calidad hídrica del río Tunjuelo. Foto: SDA. “Estas conductas también afectan y modifican el paisaje, el corredor ecológico de ronda y las condiciones ambientales del sur de la ciudad”, aseguró la funcionaria. Aunque en el operativo no fueron capturadas personas en flagrancia, la SDA decomisó las dos electrobombas que captaban agua ilegal del río Tunjuelo. La secretaria de Ambiente aseguró que buscará detener todas las actividades que atenten contra el recurso hídrico, su calidad y pérdida de su biodiversidad. “Las personas o empresas que infrinjan la normatividad ambiental enfrentarán procesos sancionatorios como lo establece la Ley 1333 de 2009, cuyas multas pueden superar los 4.000 millones de pesos”. Capturas en el río Bogotá A través de varias cámaras instaladas a lo largo de la cuenca media del río Bogotá, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) evidenció que varias máquinas estaban arrojando escombros en un predio ubicado en la vereda Las Mercedes de la localidad de Suba, sobre la margen izquierda del río Bogotá. Las cámaras grabaron cómo las volquetas hacían el traslado de los residuos, los cuales luego eran aplanados con una excavadora oruga dentro de la ronda del río. Ante las evidencias, la CAR y la Policía Nacional adelantaron un operativo en el que fueron capturadas las cinco personas que operaban la maquinaria.
El río Bogotá es víctima de descargas de escombros en varias zonas de su ronda. Foto: CAR. “Los capturados fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la Nación para su respectiva judicialización. Con esta actividad de disposición ilegal de residuos de demolición y construcción, se estaban afectando los recursos suelo, flora y fauna”, dijo Alberto Acero, director operativo de evaluación, seguimiento y control ambiental de la CAR. Le puede interesar: “El río Bogotá será monitoreado cada tres kilómetros”: director de la CAR En la cuenca media del río Bogotá, entre la Universidad de la Sabana en Chía y las compuertas de Alicachín en Soacha, 14 cámaras graban los atentados diarios que recibe el afluente más importante del centro del país, golpes que van desde escombros, basuras y vertimientos hasta tala de árboles y quemas a cielo abierto.
14 cámaras monitorean a diario al río Bogotá en su paso por la capital del país. Foto: CAR. Se trata del sistema de monitoreo BochiCAR de la CAR, cámaras de última tecnología que cubren un radio de cinco kilómetros y las cuales cuentan con un alcance de hasta un kilómetro y medio. BochiCAR permite identificar con detalle las placas de los vehículos que arrojan escombros en el afluente y los rostros de los malhechores que lo maltratan, imágenes que son enviadas de forma virtual a un centro de control ubicado en las instalaciones de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salitre.