En 1956, el humedal El Burro contaba con más de 171 hectáreas de extensión, época en la que hacía parte de la extinta laguna de El Tintal. Con la llegada de las urbanizaciones, avenidas y parqueaderos y la proliferación de escombros, el ecosistema quedó reducido a 18,8 hectáreas, de las cuales tan solo 0,2 son espejo de agua. Esta esponja hídrica ubicada en la localidad de Kennedy, en el suroccidente de la capital y sobre el valle aluvial del río Bogotá, quedó dividida en dos sectores por el paso de la avenida Ciudad de Cali, siendo el tramo oriental el más grande, con 13.9 hectáreas.

El cuerpo de agua de El Burro permanecía oculto por los escombros arrojados en su lecho. Foto: Fundación Humedales Bogotá. En la primera década del siglo XXI, El Burro permanecía oculto bajo escombros, basuras y toda clase de residuos, una mole a la que se sumaban los vertimientos y descargas de las viviendas los más de 20 barrios que lo rodean. No parecía un humedal, sino un sitio de disposición de toda clase de contaminantes. Le puede interesar: Cuatro humedales bogotanos sucumben ante las basuras, cemento, ruido e incendios Su agonía llevó a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) a tomar medidas drásticas. Entre 2007 y 2012, la entidad invirtió más de 4.600 millones para recuperar hectárea y media de espejo de agua en las dos zonas y la entrada del canal Los Ángeles.

El buchón de agua tenía agobiado al humedal El Burro, localizado en la localidad de Kennedy. Foto: Fundación Humedales Bogotá. En 2014, con una inyección económica superior a los 2.700 millones de pesos, la EAAB intervino cuatro hectáreas del ecosistema, en donde retiró 60.000 metros cúbicos de sedimentos y lodos depositados que colmataban la capacidad de embalsamiento y amortiguación de crecientes; también reconformó los taludes e islotes con el fin de generar nuevos hábitats para especies vegetales y animales. Aunque El Burro ha presentado un cambio drástico en su apariencia en los últimos años, brindando refugio y alimento a cerca de 36 especies de aves, de las cuales 27 son residentes permanentes y nueve migratorias, los vertimientos residuales lo siguen agobiando.

Las obras en El Burro hicieron emerger su oculto cuerpo de agua. Las aves empezaron a regresar al ecosistema. Foto: Fundación Humedales Bogotá. Aguas puercas Durante estos días de la cuarentena obligatoria por el coronavirus, la Fundación Humedales Bogotá, que lleva más de una década denunciando los impactos ambientales en los 15 humedales declarados en la capital, evidenció cómo las aguas residuales tiñen de colores negros y amarillos a El Burro por las conexiones erradas al sistema de alcantarillado. Le puede interesar: La rara ave de plumas rojas que apareció en uno de los humedales de Bogotá En la cuenta de Twitter de la organización, Jorge Emmanuel Escobar, director de Humedales Bogotá, reveló dos fotografías de la agonía hídrica de El Burro. “Las aguas de color amarillo que le ingresan al humedal fueron captadas el fin de semana pasado. Los vertimientos negros son algo permanente en la historia de El Burro".

El Burro se tiñó de amarillo el fin de semana pasado. Foto: Fundación Humedales Bogotá. Para Escobar, las inyecciones de aguas residuales que le llegan a El Burro no han sido subsanadas. "Es prioritario corregir las conexiones erradas y demás vertimientos provenientes del canal Castilla y a lo largo y ancho del humedal”. La denuncia de la fundación causó reacciones en la ciudadanía. Alejandro Torres, activista ambiental de la localidad de Kennedy, afirmó que este panorama es causado por las conexiones erradas en el sistema pluvial. “Es un riesgo biológico permanente y la Secretaría de Ambiente sigue dormitando”.

Aguas negras recibe a diario el humedal El Burro por las conexiones erradas al sistema de alcantarillado. Foto: Fundación Humedales Bogotá. Carmen Rojas, otra ciudadana, puso sobre la mesa un posible impacto de las constructoras. “¿Quién es el causante de esa contaminación? Serán las constructoras que están alrededor?”. A comienzos de este año, vecinos del sector reaccionaron por la presencia de excavadoras en el humedal El Burrito, cuerpo de agua que no ha sido declarado oficialmente como un humedal por parte del Distrito. Le puede interesar: Cuarentena golpea al segundo aviario más grande de América Los colores negros y amarillos revelados por Humedales Bogotá llevaron a la Empresa de Acueducto a visitar la zona. El equipo de vigilancia del humedal El Burro se desplazó al sector y tomó varias fotografías de su estado actual, un panorama igual o más crítico que el revelado por la organización ambiental conformado por aguas oscuras, densas y nauseabundas. “Seguiremos en constante monitoreo en la zona”, dijo la EAAB.

Imágenes captadas por personal del Acueducto de Bogotá en el humedal El Burro. Fotos: EAAB. Alerta por los humedales Para Escobar, de los 15 humedales declarados en la capital del país, cinco están en cuidados intensivos por las graves afectaciones o abandono por parte de las autoridades ambientales: Meandro del Say, Techo, Tibanica, Tunjo y La Isla. “El Burro, La Vaca, Juan Amarillo, Jaboque, Torca-Guaymaral, Salitre y Capellanía están en cuidados intermedios, ya que a pesar de presentar avances en su recuperación, siguen altamente amenazados. Aunque El Burro ha sido sometido a una fuerte recuperación en los últimos nueve años, las conexiones erradas continúan afectándolo”, mencionó Escobar. Para el director de la organización, los humedales de Córdoba, Santa María del Lago y La Conejera son los ecosistemas mejor conservados, pero aún están vulnerables. "Córdoba y La Conejera son los más biodiversos, pero cuentan con problemáticas por conexiones erradas. En Santa María del Lago, el uso excesivo de concreto en la construcción de sus senderos ha afectado bastante la fauna y flora del ecosistema”.

Tinguas como la pico rojo sobreviven en medio de la contaminación del agua de los humedales. Foto: Fundación Humedales Bogotá.