Según los investigadores del grupo de Termodinámica Aplicada y Energía Alternativa, el invento podría contribuir a aliviar la crisis de alimentos y medicamentos que viven comunidades en zonas apartadas sin acceso a la electricidad. Mediante paneles, la máquina absorbe la luz solar y la somete a un proceso químico con carbón activado y metanol que produce un efecto refrigerante. Según Farid Chejne Jana, del Departamento de Procesos y Energía de la institución, se trata de “una tecnología limpia” de fácil uso y bajos costos que utiliza “sustancias que no generan impacto ambiental”. Tras tres años de labor, el pasado enero los científicos recibieron una patente de la Superintendencia de Industria y Comercio y ahora esperan que su creación pronto pueda beneficiar a las más de 1.300.000 personas en regiones vulnerables.