Los líderes europeos se reúnen viernes y sábado en Bruselas para intentar aprobar este plan de recuperación de 750.000 millones de euros (unos US$840.000 millones), un proyecto que genera importantes divisiones entre los países del norte y del sur europeos. "Es importante que los líderes europeos se pongan de acuerdo rápidamente en un paquete ambicioso", dijo Christine Lagarde, presidenta del BCE, en una videoconferencia de prensa, al término de la última reunión de la cúpula directiva de la institución antes de la pausa estival. "Todos los anuncios políticos deberían tener como fin ayudar a la gente que sufre los efectos de la pandemia", agregó la responsable. Largarde dio su "apoyo" al paquete de 750.000 millones de euros que presentó la Comisión Europea y que será analizado durante la cumbre. Lea también: Conectividad, una necesidad para que crezca la economía de Colombia La presidenta del BCE considera que dicho plan debe constar de un paquete de "subvenciones" muy superior al de los créditos. También conminó a los países reluctantes con el plan como Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca, el denominado grupo de los frugales, que prefieren otorgar créditos reembolsables en vez de subvenciones. "Un gran número de dirigentes son conscientes del hecho de que no hay tiempo que perder", agregó la presidenta del BCE, sin duda pensando en el jefe del gobierno holandés que ha avisado de que es difícil de que haya un acuerdo esta semana. El BCE alertó de que la actividad económica de la zona euro sigue estando a un "nivel muy alejado" del que prevalecía antes de la pandemia y las "perspectivas siguen siendo muy inciertas" pese a que en el tercer trimestre se reanudará el crecimiento. La institución monetaria ha estado hasta ahora en primera línea de los esfuerzos de apoyo económico y espera que los Estados tomen el relevo. Para apoyar a los Estados, los bancos y las empresas, el BCE confirmó tras la reunión de su órgano rector que continuará aplicando su programa de emergencia (PEPP) para comprar deuda en los mercados, al menos mientras duren los efectos de la pandemia. Lea también: Analistas bajan la expectativa de inflación para 2020 a 1,89% Este programa de apoyo a la economía, por un total de 1,35 billones de euros (US$1,54 billones) se aplicará hasta junio de 2021. Lagarde precisó que este programa se "utilizará completamente" a menos que haya "importantes sorpresas" positivas "que no percibimos por el momento", precisó. Tasas mínimas El BCE también mantuvo sus tasas de interés a su nivel históricamente bajo, con la principal tasa en cero y la tasa de depósitos –que se aplica al dinero que depositan los bancos en la institución– en -0,50%. La idea es apoyar los créditos a las empresas y a los hogares, y por tanto al crecimiento y a los precios. El BCE está preocupado por el hundimiento del PIB de la zona euro que se espera que sea este año del 8,7%, seguido de un repunte el año que viene del 5,2%. Lea también: FMI insta al G20 a mantener el gasto público por la pandemia Y la pandemia sigue propagándose en el mundo e incluso en Europa, donde lo peor parecía haber pasado. Varios países, como España o Portugal, han decretado medidas localizadas de reconfinamiento y Alemania hizo otro tanto el jueves ante el riesgo de un rebrote. La economía europea sigue a medio fuelle en este contexto. La producción de la zona euro es muy inferior a los niveles de antes de la crisis, pese a la recuperación del consumo, aunque la inflación tiene un nivel muy inferior a lo que aconseja el BCE. Su tasa anual aumentó ligeramente a 0,3% en junio, muy inferior al 2% que preconiza el BCE. Lagarde vaticinó que en los próximos meses va a seguir baja antes de repuntar a principios de 2021. AFP