"La Comisión propone un Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros [US$825.000 millones] (...) Un avance europeo para hacer frente a una crisis sin precedentes", tuiteó el comisario europeo de Economía, el italiano Paolo Gentiloni. La pandemia del nuevo coronavirus, surgida en diciembre en China, ha causado estragos humanos, con más de 173.000 fallecidos en Europa, y severos daños económicos, con una contracción del 7,4% del Producto Interior Bruto (PIB) de la UE en 2020, según Bruselas. La titular de la Comisión, Ursula von der Leyen, enfrenta su mayor reto desde su llegada al cargo en diciembre, sabiendo que los 27 mandatarios, que deben aprobar su plan, no esconden sus diferencias y reproches sobre cómo salir de la crisis provocada por la pandemia.
La división se centra en si el apoyo a los países más castigados por la covid-19, sobre todo Italia y España, debe ser con préstamos, como reclaman Países Bajos y sus tres socios "frugales", y aumentar la ya abultada deuda de los primeros o mediante ayudas directas. Ese último escenario recibió la semana pasada el inesperado apoyo de Alemania, alineada tradicionalmente con los países "frugales" adeptos del rigor fiscal y que, junto a Francia, abogó por un fondo de medio billón de euros (unos 550.000 millones de dólares). París y Berlín propusieron recaudar este dinero a partir de la emisión de deuda en los mercados por parte de la Comisión y repartirlo en forma de ayudas no reembolsables. La Haya, Viena, Estocolmo y Copenhague abogaron por préstamos reembolsables, con condiciones favorables. La propuesta, que la exministra alemana debe presentar en la Eurocámara a las 11H30 GMT, pasa por un endeudamiento en los mercados y contaría con medio billón de euros en ayudas y el resto en préstamos, indicaron fuentes europeas a la AFP. Del total, Italia recibiría hasta 81.807 millones en ayudas directas y 90.938 millones en préstamos, mientras que para España estarían destinados 77.324 millones en subvenciones y 63.122 millones en créditos reembolsables, según un documento que pudo ser consultado por la AFP. Una de las incógnitas por desvelar todavía es si la concesión de estas ayudas estará vinculada a cumplir con las recomendaciones anuales de reformas de Bruselas en el llamado Semestre Europeo, como avanzó días atrás su vicepresidente, Valdis Dombrovskis.
A pesar de este intento de conciliación, los debates entre los 27 mandatarios europeos, y a continuación con la Eurocámara, para su aprobación se anuncian tensos, máxime cuando Europa enfrenta, para muchos, su mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. "Norte, Sur, Este y Oeste" Los europeos reproducen, en otro contexto, las divisiones ya patentes durante la crisis de la deuda años atrás y que se saldó con el rescate de Grecia, a cambio de duras reformas, y los reproches de los países del Norte a los del Sur por, a su juicio, no haber controlado el gasto. Madrid y Roma ya pelearon para que el fondo de rescate de la zona euro, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), no exigiera reformas a cambio de la concesión de líneas de crédito para afrontar la emergencia sanitaria, que se quedaron en un control de gastos. Estas líneas de crédito forman parte de una primera respuesta de emergencia a la crisis de 540.000 millones de euros, junto al instrumento de préstamos para los planes de desempleo parcial (SURE) y los créditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para empresas. Al inicio de la pandemia, la Unión Europea suspendió además sus techos de gasto y flexibilizó sus normas ayudas públicas que, según España e Italia, permitió que países menos endeudados gastaran más para rescatar sus economías en lugar de apoyar a sus socios europeos. "O la Comisión pone sobre la mesa una propuesta que esté a la altura de la circunstancias" y se llega "a un acuerdo lo antes posible, o sufriremos todos Norte, Sur, Este y Oeste", dijo a la cadena Antena 3 la canciller española, Arancha González Laya. Los analistas no esperan un acuerdo rápido sobre todo cuando este debate se suma al ya tenso sobre el presupuesto de la UE, sino que estiman que podría llegar a partir de septiembre con Alemania en la presidencia pro témpore del bloque.
El fondo de reconstrucción estará de hecho vinculado al Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027, el primer presupuesto de la UE sin el Reino Unido y que debe financiar las nuevas prioridades de la Comisión: transición digital y ecológica, defensa y "autonomía estratégica". El primer intento de llegar a un acuerdo en febrero se saldó con un fracaso. Los "frugales" querían limitar su tamaño del 1,07% de la Renta Nacional Bruta (RNB) propuesto al 1% y recortar en las tradicionales políticas agrícola y de cohesión, algo inaceptable en el Sur y el Este.