En términos globales la desaceleración económica que se está viviendo tiene varias explicaciones, entre ellas la guera arancelaria que desató Estados Unidos contra los productos chinos y las represalias adoptadas por ese mismo país. Además de la incertidumbre en torno al Brexit y el débil comercio mundial, en cuanto a maquinaria y bienes de consumo duradero, los cuales están cada vez más inactivos. En cifras más exactas, las economías más avanzadas, como Estados Unidos, la zona euro, Japón, Reino Unido y Canadá tuvieron una perspectiva en aumento de 1,9% para el 2019 y de 1,7% para el 2020, siendo Estados Unidos el país con mayor índice de crecimiento con el 2,6%, seguido por España con perspectivas del 2,3% de crecimiento. Estas cifras mejoraron en relación al informe de abril, gracias al acuerdo entre Estados Unidos y China para reanudar las negociaciones comerciales, evitando así aumentos en los aranceles que frenen la cadena de suministro de la tecnología.
Las economías emergentes también tuvieron una disminución de 0,3 puntos porcentuales en la perspectiva de crecimiento, pues en el reciente informe se muestra una proyección de 4,1% para el 2019 y de 4,7% para el 2020. América Latina y el Caribe fue una de las regiones que más decreció en cuanto a las perspectivas de crecimiento, perdiendo 0,8 puntos porcentuales frente al anterior informe del mes de abril, ubicándose en un flojo 0,6% para el 2019 pero se espera que repunte al 2,3% para el 2020. El informe resalta que “En América Latina, la actividad se desaceleró notablemente al comienzo del año en varias economías, debido principalmente a factores idiosincrásicos” por ejemplo, en Brasil las rebajas de las calificaciones crediticias y la incertidumbre por la aprobación de la reforma pensional y otros cambios estructurales, han hecho que para toda la región disminuya la perspectiva de crecimiento.
Por otro lado, el subdirector del Departamento de Investigaciones del FMI, Gian Maria Milesi-Ferretti, destacó el desempeño de las economías de Colombia y Perú. Según el economista, estas economías han sido las más resilientes en comparación a las otras de la región como México, que sigue teniendo una inversión débil y el consumo se ha desacelerado aún más como resultado de la incertidumbre de las nuevas políticas implementas por el nuevo gobierno. Pero el caso más preocupante es el de Venezuela: “La profunda crisis humanitaria y la implosión económica en Venezuela siguen teniendo un impacto devastador y se prevé que se contraiga en un 35% para el 2019”. Argentina también contrajo su economía pero a un ritmo más lento que en el 2018 y se espera que para el año 2020 se tenga una recuperación más moderada. Finalmente, el FMI recomendó que debido a la baja perspectiva de crecimiento económico para este año se deben aplicar políticas macroeconómicas bien estructuradas para estabilizar la actividad y advirtió que cualquier paso en falso en materia de políticas desencadenará una gran incertidumbre y aminorará el crecimiento y la posibilidad de creación de empleo.