Dos noticias que llegaron de Reino Unido volvieron a prender las alarmas sobre los impactos del cambio climático en la economía. La primera, el gobierno británico aprobó un plan para neutralizar las emisiones de gases efecto invernadero para el año 2050, convirtiéndose en la primera potencia industrializada que se propone este objetivo. Las ONG como Green Peace y Extinction Rebellion aplaudieron la decisión, la cual implica que los gases contaminantes de viviendas, transporte, agricultura e industria deberán evitarse por completo. Le puede interesar: Europa se alista para ola récord de calor La segunda noticia llegó tras la visita del gobierno colombiano al territorio inglés, con la firma de un acuerdo climático de 8,5 millones de libras esterlinas (US$10,6 millones) de los que 5 millones de libras se destinarán a la introducción de vehículos de bajas emisiones en Colombia. "Por primera vez Colombia y el Reino Unido firman una agenda conjunta para abordar el cambio climático, la lucha contra la deforestación, la sostenibilidad de sectores como la energía y el transporte y el fortalecimiento de los sistemas de medición del cambio climático", afirmó el presidente Duque durante la visita. Los ingleses, tan obstinados en salirse de Europa, terminan alineados con el Viejo Continente en las preocupaciones frente al clima, donde Finlandia y Noruega han estado a la vanguardia en la protección del medio ambiente. Le sugerimos: Los emprendedores colombianos que unen el cambio climático y la cuarta revolución industrial Otras potencias como China intentan cumplir a su propio ritmo con los protocolos de Kyoto y París, mientras Estados Unidos y Rusia han preferido negar el fenómeno por el impacto que tendría en sus economías y esperar a que otras generaciones asuman las consecuencias.
US$160.000 millones fueron las pérdidas globales en 2018 por catástrofes naturales. Las amenazas El Ph.D en economía, docente asociado e investigador del Cesa, Guillermo Sinisterra, dice que de continuar así ya se sabe qué podría ocurrir en la economía. Precisamente, un paper elaborado en 2018 por la Universidad de Princeton detalla las consecuencias económicas si continúa el deterioro del clima. El estudio corrió un modelo económico con los efectos predecibles que puede tener el derretimiento de los polos y el incremento en el nivel del mar, donde se da por hecho que las ciudades costeras desaparecerían y la población tendría que trasladarse al interior de sus países. El resultado era una pérdida de 15% del PIB mundial tan solo para el año 2050. Le recomendamos: Colombia, entre los primeros en deforestación La economía tardaría en recuperarse unos 30 o 40 años, hasta que la población de las ciudades afectadas sea reubicada en lugares alejados de las playas. El estudio no dice qué efectos económicos tienen las inundaciones o sequías que también se pueden presentar; situaciones como la de Mocoa (Putumayo) en 2017, que llevaron a la destrucción de una ciudad, no pueden ser medidas bajo este modelo, lo mismo con terremotos como el que devastó a Japón en 2011 o el huracán Katrina de 2005, que tuvo pérdidas por US$108.000 millones y cobró la vida de 1.833 personas. Pero dentro del gobierno de Trump hay opositores a la política presidencial de negar el fenómeno climático (EE.UU. se retiró del acuerdo de París en 2017) y pasarles el problema a sus sucesores. Rostin Behnam, comisario de la agencia encargada de la vigilancia de los mercados de productos financieros derivados (la CFTC), dijo que en 2018 las pérdidas mundiales por las catástrofes naturales ascendieron a US$160.000 millones. "Los mercados de materias primas y los mercados financieros que los respaldan sufrirán si no tomamos medidas para contener el riesgo de contagio", dijo Behnam, demócrata designado en su cargo por Donald Trump. "Los más afectados (por las consecuencias del cambio climático) son finalmente los agricultores, los inversionistas, los clientes, los consumidores y los propietarios de inmuebles", señaló. En contexto: A pesar del Brexit, las finanzas verdes son una buena apuesta En el mundo de las inversiones también se habla de perdedores. La firma BlackRock, con fondos en 30 países del mundo, advierte que los portafolios de inversión se verían impactados por la destrucción que dejan huracanes, inundaciones e incendios forestales que aumentan por fenómenos climáticos. La pregunta es ¿se puede hacer algo? Depende de una voluntad real de todos los países por frenar las causas que ocasionan el cambio climático, de emitir menos gases contaminantes, decirle no al plástico, de utilizar energías limpias y renovables. De cierta manera, eso entregaría un planeta más limpio a las próximas generaciones. Pero el daño económico puede que ya sea irreversible. ¿Y Colombia? Para Sinisterra, el gobierno de Iván Duque no tiene una política de Estado sobre el tema y falta ver si gastará los US$10,6 millones de cooperación británica en esfuerzos para disminuir la contaminación en el país. El gobierno de Santos tampoco fue un abanderado en la lucha por el clima. Este académico reconoce, sin embargo, que se han hecho avances en temas como disminuir el consumo de plástico (impuesto a las bolsas) y los recargos a los que consuman más energía o agua. Pero se puede hacer más en cuanto al cuidado de las cuencas de los ríos y la protección de las reservas naturales, con el propósito de reducir los impactos de fenómenos como la Niña o el Niño.