En los últimos 70 años la edad promedio global pasó de 25 a 33 años, lo que evidencia el proceso de envejecimiento que sufre el planeta, que si bien no es de la misma magnitud en todos los países, sí es una tendencia generalizada. Mientras en Europa entre 1950 y 2020 la edad promedio subió 14 años, en África aumentó solo un año, lo que está muy relacionado con factores como la tasa de fecundidad, la de mortalidad, las migraciones y el acceso a servicios de salud. Mientras en África la tasa de fecundidad es de 4,4 nacimientos por mujer –el doble del promedio global–, en América Latina pasó de 5,8 nacimientos en 1950 a solo 2 en 2020 y esto explica por qué es la segunda región, después de Europa, que más aumentó su edad promedio en los últimos 70 años de 20 a 31. Es más, esa menor tasa de fecundidad es una de las explicaciones para el ‘descache‘ en las proyecciones de población de Colombia, pues no se tenía previsto que se redujera tan rápido la cantidad de hijos por hogar. Lea también: FMI: pandemia amenaza con ampliar mucho más las brechas de género El crecimiento de la edad promedio en Asia es, principalmente, responsabilidad de Japón, país con la población más vieja del planeta y la menor tasa de fecundidad: 1,4 nacimientos por mujer. Esto se atribuye a que ha aumentado la participación femenina en la fuerza laboral japonesa, al tiempo que su mercado de trabajo ha estado afectado desde la recesión de principios de la década de 1990. Esto aumentó los empleos temporales y redujo la estabilidad que muchos necesitan para animarse a tener hijos.