Alan Krueger, de 50 años, un economista de la Universidad de Princeton con doctorado en Harvard, deberá convertirse en el jefe del equipo que asesora al presidente, luego de que supere el proceso de confirmación en el Senado. Ese debería ser un trámite sencillo, considerando que Krueger no es nuevo en la estructura gubernamental: trabajó en los dos primeros años del gobierno de Obama como economista jefe del Departamento del Tesoro, y entre 1994 y 1995 ejerció la misma posición en el Departamento de Trabajo. Además, sus credenciales académicas son ampliamente alabadas, incluso por aquellos en el Partido Republicano que aseguran que Krueger es proclive a los aumentos de impuestos y a extender el control gubernamental sobre la economía, además de tener preocupaciones ambientalistas que la oposición no comparte. Trabajo y más trabajo Con el desempleo en un pertinaz 9,1%, la Casa Blanca necesita las mejores ideas para incentivar la creación de puestos de trabajo, por el bien de la población, y en última instancia para aumentar las posibilidades de reelección de Obama el próximo año. Al hacer la presentación de Krueger, el mandatario reconoció que "nuestro gran desafío actual como nación sigue siendo cómo lograr que esta economía crezca más rápidamente". En los papeles Krueger parece la elección indicada, dado el énfasis que ha puesto como académico y como funcionario en el diseño de políticas centradas, no sólo en la recuperación del empleo, sino en la calidad del mismo. En marzo de 2008, cuando estaba en pleno desarrollo la llamada Gran Recesión, Krueger advirtió en un testimonio ante el Comité del Senado estadounidense, que tras las dos recesiones previas se había experimentado "recuperaciones sin trabajo". En esa ocasión dijo tener razones para esperar que el desempleo persistiera después de que la economía empezara a recuperarse y abogó por reformas permanentes al seguro de desempleo, que deberá vencerse a finales del 2011. El economista considera que permitir su vencimiento, como desearían los republicanos, podría reflejarse en un descenso de las cifras del desempleo, pero principalmente porque incentivaría a muchos a buscar trabajo. Ideas compartidas Se espera que el 5 de septiembre, Día del Trabajo en EE.UU., el presidente Obama presente al Congreso un plan de inversiones en obras públicas que ayudaría a reducir el desempleo, la principal preocupación de la población de acuerdo con las encuestas. Aunque es improbable que para ese día Krueger haya tomado posesión de su cargo y que pueda participar en los toques finales del plan, este parece reflejar algunas opiniones que ha expresado el economista recientemente. Unas semanas atrás, Krueger escribió en un artículo publicado en el sitio de información económica Bloomberg, que aunque la recuperación toma tiempo, "hay cosas que el gobierno puede hacer para ayudar, como invertir en infraestructura". "Eso ayudaría a reducir el desempleo entre trabajadores de la construcción y podría llevar a un incremento en el consumo, así como un posible aumento de la confianza que elevaría la productividad en el futuro". Por su pasado laboral y por sus declaraciones públicas, Krueger parece estar perfectamente conectado con la filosofía económica que guía al gobierno demócrata. Los viejos conocidos Cuando estuvo en el Departamento del Tesoro, Krueger participó en el diseño del primer paquete de estímulo económico. Pero el que Krueger sea un ficha más del "grupo" que acompaña a Obama –algunos heredados de los tiempos de la presidencia de Bill Clinton- podría resultar una desventaja a la hora de implementar políticas innovadoras. En su columna del diario The Washington Post, el analista Ezra Klein, dice que aunque "lógica" y "loable", la elección de Krueger podría indicar que, al rodearse de caras familiares de la era Clinton, "es difícil creer que el gobierno está escuchando un rango muy amplio de enfoques internos". "Si todo fuera estupendo y el gobierno pisara seguro en su respuesta a la crisis, eso no sería particularmente preocupante", afirma Klein, quien duda que la política de contrataciones de la Casa Blanca ayude a pensar estrategias novedosas para sacar del hoyo a la economía.