Mientras la policía chocaba con manifestantes en las calles de Pittsburgh, los mandatarios de las principales economías del mundo convinieron en acotar las prestaciones de los banqueros cuya conducta riesgosa contribuyó a la turbulencia financiera global. En momentos en que las economías del mundo tienden a mejorar, la cumbre del Grupo de los 20 países más industralizados estaba rodeada por un optimismo prudente que reemplazó al temor y la incertidumbre del año pasado. El secretario estadounidense del Tesoro, señaló que otros países parecían también dispuestos a reducir los subsidios a los combustibles fósiles que agravan el calentamiento global. En rueda de prensa, Geithner anunció asimismo el apoyo de Estados Unidos a las gestiones de China para obtener un mayor derecho de voto en el Fondo Monetario Internacional por encima de las reservas de países europeos, quienes perderían influencia. "Eso es lo correcto" dado el crecimiento del poderío económico de China, y Europa lo reconoce, aseguró Geithner. Los mandatarios se reunieron con sus cónyuges en una recepción de bienvenida en una reserva botánica, y luego se dirigieron por la noche a cenas diferentes. A una distancia aproximada de kilómetro y medio del centro de convenciones donde los líderes conversarán el viernes, la policía arrojó granadas de gas lacrimógeno y humo a personas opuestas a la cumbre. Los manifestantes ignoraron los llamados a dispersarse y en cambio enfrentaron a la policía con depósitos de basura y piedras. Los enfrentamientos comenzaron cuando centenares de disconformes, muchos criticando al capitalismo, intentaron avanzar de un vecindario periférico hacia el centro de convenciones. Los choques más duros ocurrieron aproximadamente cuando llegaron el presidente Barack Obama y la primera dama Michelle Obama. Los manifestantes tocaron tambores y entonaron lemas como "no hay poder como el poder de la gente, porque el poder de la gente no termina". Protestas aparte, el ambiente era más relajado que en las reuniones marcadas por el temor que el G20 realizó en Washington en noviembre y en Londres en abril. No obstante, la recuperación mundial todavía es endeble y numerosas instituciones financieras grandes están en aprietos. Los mandatarios de las naciones del G20 llegaron a Pittsburgh para analizar la manera de mantener la recuperación mundial en marcha. La inquietud sigue latente, pero esta cumbre de las 20 principales economías del mundo parece libre del ambiente de crisis que gravitó sobre las dos anteriores, a pesar de los enfrentamientos en las calles. Geithner dijo que el G-20 llegó a un consenso sobre el "esquema básico" de una propuesta para limitar las prestaciones de los banqueros para finales de año. El plan consistiría en normas distintas en cada país y sería supervisado por el Consejo de Estabilidad Financiera, un grupo internacional de banqueros centrales y reguladores de la banca. Por ahora, los países europeos habían exigido límites con más fuerza que Estados Unidos. "Los europeos están aterrados por lo bancos, algunos dependientes del dinero de los contribuyentes, que una vez más pagan bonos exorbitantes", expuso José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, órgano rector de la Unión Europea. Los gobernantes tomarán el pulso a la economía mundial con miras a frenar los altos salarios de los banqueros, establecer reglas universales para las reservas bancarias y armar una estrategia encaminada a suspender los programas de estímulo económico por varios billones de dólares. También abordarán las medidas siguientes para enfrentar el calentamiento global. Por otra parte, el primer ministro británico Gordon Brown dijo que propondrá que el G20 reemplace al Grupo de los Ocho, de las naciones más industrializadas, en su papel como la junta de directores de la economía mundial. El G8 incluye a Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Canadá, Japón y Rusia, mientras que el G20 incorpora a grandes mercados emergentes como China, Brasil e India. Brown agregó que esperaba que el G20 aceptaría un nuevo pacto sobre empleo y crecimiento impulsado por el presidente Obama, quien llegó procedente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Obama, quien llamó a la reunión en Pittsburgh "una verificación de cinco meses" después de la de abril, quiere que el grupo acepte un acuerdo de referencia que promueva un crecimiento más equilibrado. El encuentro de dos días termina el viernes con un comunicado conjunto, que contendrá posiblemente las conclusiones, acuerdos y desacuerdos de los mandatarios del G20. (AP/Agencias)