El mundo entero tiene las esperanzas puestas en la vacuna contra la covid-19 para ponerle fin a la pandemia. A mediados de 2020 las farmacéuticas anunciaron que pronto tendrían el biológico contra el SARS-CoV-2 y en el cuarto trimestre de ese año se inició con la vacunación en varios países.
Estados Unidos fue uno de los países pioneros en el inicio de la vacunación masiva y esto ya está dando los resultados esperados. Un reciente estudio publicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reveló que la tasa de mortalidad de los adultos mayores de 65 años disminuyó en un 84 % entre el invierno de 2020 y la primavera de 2021.
Es de recordar que en el plan de vacunación que trazó la primera potencia mundial, que inició en el gobierno de Donald Trump y a la que Joe Biden le dio continuidad cuando recibió el cargo, fue priorizada la población adulta mayor.
Así las cosas, este estudio además de demostrar que la vacuna ha sido efectiva para reducir la tasa de mortalidad en esta población, también develó buenas noticias en cuanto al nivel de contagio. Los CDC explican que los adultos mayores tienen menos probabilidades de contagiarse de covid-19 o de llegar a ser hospitalizados a causa de esta temible enfermedad.
En el marco de una conferencia este martes, la Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC, explicó que con este estudio pudieron “ver la contribución fundamental de la cobertura de vacunación para reducir los casos de covid, las enfermedades graves y la muerte”.
Desde que llegó el coronavirus, las diferentes autoridades de la salud advirtieron sobre el peligro que representaba esta enfermedad para los adultos mayores, razón por la cual esta población fue priorizada en la gran mayoría de los planes de vacunación a nivel mundial. Por supuesto, acompañados de los trabajadores de la salud y de los hogares que refugian a los adultos mayores.
En Estados Unidos los adultos mayores de 65 años representan solo el 16 % de la población y aun siendo tan pocos, en un país que ronda los 332 millones de habitantes, representan el 80 % de la muertes a causa del SARS-CoV-2.
Las comorbilidades y el sistema inmunológico desempeñan un papel importante en torno al coronavirus. Ya se ha demostrado que las personas con afecciones cardiacas o renales pueden empeorar en su sintomatología tras contraer la enfermedad, y los adultos mayores se vuelven más vulnerables de cara a este panorama. Así, con la probabilidad de que los sistemas inmunológicos sean más débiles y que las comorbilidades empeoren el diagnóstico, los adultos mayores tienden a ser más propensos a que si contraen la covid-19, aumente la gravedad de la enfermedad hasta causarles la muerte.
A la fecha, en Estados Unidos están circulando las vacunas Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson, las cuales han sido aplicadas a esta población y a las personas más jóvenes también. Todas tres han demostrado ser muy efectivas para reducir los riesgos de que el coronavirus se convierta en una enfermedad de gravedad y, por lo contrario, sea tratable para aquellos que ya fueron vacunados y contrajeron la enfermedad. Es improbable que una persona vacunada llegue a fallecer o a sufrir síntomas de gravedad que compliquen su cuadro clínico.
El país norteamericano inició la vacunación en diciembre de 2020 y poco a poco empezó a tomar fuerza en enero de 2021, para el segundo mes del año, por lo menos la cuarta parte de los adultos mayores ya habían recibido la primera dosis del antídoto.
Luego, el 3 de marzo, la mitad de esta población había recibido al menos una dosis y el 1.° de mayo el 82 % de los adultos mayores ya registraban por lo menos una dosis aplicada. Hasta el 7 de junio –fecha hasta la que evaluaron los CDC para el estudio–, el 86 % de esta población había recibido al menos una dosis y el 76 % completaron su esquema de vacunación.